A finales de 1926, a propuesta del concejal Guillermo García Romero de Tejada (que también era director del periódico local, "El Defensor de los Barros") el Ayuntamiento de Almendralejo compraba el cuadro "El santo del amo", de Manuel Antolín Romero de Tejada, por 3.000 ptas, que tuvo que pagar en tres anualidades de 1.000 ptas, por no contar en aquel momento con presupuesto para hacer el pago al contado. El cuadro había estado expuesto en la Exposición de Bellas Artes de Madrid, en julio de aquel año y había recibido muy buenas críticas de dos relevantes pintores extremeños, Adelardo Covarsí y Eugenio Hermoso, lo que constituía toda una garantía para los ediles almendralejenses.

En el pasado mes de marzo el cuadro fue trasladado a Sevilla para ser restaurado por un equipo de profesionales formado por Juan Luis Coto Cobos, Rafael López Gómez y Bália Casademunt Barrio. Se ha vuelto a exponer al público en la Sala de Comisiones del Ayuntamiento de la Ciudad el 7 de octubre de 2009, fecha en la Bália desarrolló en el Salón de Plenos de la Institución una conferencia sobre "El desarrollo de los tratamientos de conservación y restauración de la obra pictórica".

Bália Casademunt, natural de Almendralejo, es Licenciada en Bellas Artes (Sección "Pintura") por la Universidad Complutense de Madrid, donde realizó en 1986 la Tesis de Licenciatura sobre "La obra muralista del pintor Francisco Hohenleiter: Rescate de uno de sus conjuntos pictóricos"; especialista en Conservación y Restauración por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, ha recibido el honor de ser nombrada Académica Correspondiente por la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, en 1992.

Su labor de conservación y restauración de obras de arte es muy extensa, y en ella se encuentran varias obras de Manuel Antolín, como los dos retratos del niño Gabriel Garrido, quizás de las obras más antiguas del artista, del año 1915, respectivamente, vestido de marinero y con pañuelo de sandía; el "Segador extremeño" de 1921, anónimo homenaje a los hombres de la tierra; el "Niño de la naranja", y "Don Sebastián de Morras" (copia de Velázquez), que se colgaron en una Exposición conjunta con Nicolás Mejía en 1922, en el Ateneo de Badajoz; y "De la Tierra de Barros", exhibido en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929; con lo que su conocimiento de la producción de este artista es muy completa y así lo ha traslucido en la obra de restauración realizada.

Bália Casademunt fue presentada por el Cronista Oficial de Almendralejo, Francisco Zarandieta Arenas, quien destacó lo más relevante de su biografía, señalando finalmente que "para que perviva el autor-artista, el restaurador-artista debe respetar la concepción del arte del primero, y por tanto conocerlo tanto como sea posible para ponerse en su lugar: la restauración no puede ser sólo una cuestión de técnicas físico-químicas, sino una manera de ser que lleva a una aproximación espiritual entre ambos artistas".

La restauradora señaló los desperfectos que tenía el cuadro, con un soporte muy deteriorado con varias incisiones y rotos, así como la moldura, también obra del autor. Indicó el proceso de restauración, en especial el reintelado del soporte; y señaló que se había puesto de manifiesto un paisaje que había estado oculto resuelto por el autor con una pincelada genial que mostraba en la lejanía un cortijo extremeño.

El cuadro representa una escena costumbrista en un paisaje con viñedos al fondo, en la que aparecen siete personajes que, portando presentes de la tierra, frutos y animales (gallo, melones, sandía, melocotones, uvas), van a festejar el santo del amo, del dueño de la finca donde trabajan. En el centro, un mozo (las otras seis figuras representan mozas), que hace de eje simétrico del cuadro, mira embelesado a su acompañante lo que provoca las miradas y sonrisas cómplices de otras cuatro mozas, dispuestas de dos en dos; la séptima persona, en cambio, parece ajena a la escena romántica entre los jóvenes y mira dulcemente a los espectadores.