En enero de 1942 se había hecho el traslado del Antiguo Ayuntamiento, utilizado al menos desde el siglo XVI, al Nuevo Ayuntamiento, en un edificio contiguo. Gobernaba la ciudad en aquellos años de posguerra una Comisión Gestora, cuyo Presidente, Francisco Montero de Espinosa y de la Barrera, dio lectura en el Pleno del 16 de marzo a la comunicación de un vecino que le recordaba que el siguiente 23 de mayo se cumpliría el centenario de la muerte de José de Espronceda. "Creo, dijo el Alcalde, que debemos hacerle un homenaje que, aunque no sea muy importante, por lo menos recuerde que nació en esta ciudad el insigne poeta, pero que como falta aún algún tiempo ya se pensará detenidamente lo que se hará el referido día".
Esta reedición del "Vuelva usted mañana", de aquel amigo de Espronceda, Mariano José de Larra, permitió que llegara la fecha señalada y no se pudiera hacer nada, porque los contactos que el gestor Alfonso Iglesias Infante hiciera con el poeta gaditano José María Pemán, dada la cercanía de la fecha, no posibilitaron que pudiera estar el 23 de mayo en Almendralejo.
El 5 de junio cambió la composición de la Comisión Gestora y el Gobernador Civil nombró Alcalde a Enrique López Sanchiz. Aquel mismo mes siguieron los contactos con Pemán y se nombró una Comisión para la organización del acto, formada, inicialmente, por Alfonso Iglesias Infante, Gabriel Garrido García y Juan Juárez Carballo, que trabajó, en un principio, en la elaboración de unas Bases de un Concurso Literario en honor de Espronceda. El anuncio de este Concurso tuvo un amplio eco en toda la prensa nacional, como lo prueba el fragmento que reproducimos del diario barcelonés "La Vanguardia Española", de 5 de septiembre de aquel año.
En el Acta del Pleno de 30 de julio, en el que se aprobaron las Bases, se recoge el texto íntegro que se refleja en la prensa, singular en este tipo de documentación municipal, con transcripción de poemas de Carolina Coronado, que no deja lugar a duda sobre la intención de la Comisión Gestora, en la defensa de Almendralejo como la patria chica del poeta.
Por fin, el 17 de diciembre tuvieron lugar los actos que recoge el programa de mano que se distribuyó. Alfonso Iglesias hizo un discurso de entrada con gran elegancia, recordando las conexiones de Almendralejo, tanto con Espronceda como con Pemán, interesado, desde hacía años, en conocer donde nació el poeta; entre los galardonados se encontraba el almendralejense Antonio Chacón, que recitó "La consulta del médico", en castúo ("¡Qué triste estoy señó Frasco / deinde que m'ha visto er meico!"); Ana Martos de la Escosura, biznieta de Espronceda, Profesora de Declamación dramática del Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, recitó algunos poemas de su ascendiente, y José María Pemán pronunció un brillante discurso, cuyo contenido no se ha encontrado; pero, sabiendo que el ilustre gaditano intervino también en otro acto anterior en la Real Academia Española de la Lengua para honrar a Espronceda, junto con Eduardo Marquina y Manuel Machado (Madrid, 9 de junio de 1942), podemos intuir que en Almendralejo volvería a narrar lo que contó en la Academia, al referir que cuando su entierro pasó por la Puerta de Atocha una rosa roja, desprendida de una de las coronas, cayó entre las manos de una costurerilla madrileña, la cual al tomarla hizo con ella la señal de la cruz. Dijo Pemán que él se consideraba mandatario "y a mucha honra, de aquella costurerilla madrileña, que al sol dorado de las cinco de la tarde recibió el piropo de una rosa, como último beso del poeta al pueblo".
José de las Cuevas (1918-1992) obtuvo el premio a la mejor biografía que se publicó bajo el título de "Genio e ingenio de D. José Espronceda" (Sevilla, Editorial Católica Española, S.A., [s.a.], 138 p., Prólogo de José María Pemán). Decía el autor que por encima de la pasión y de la leyenda de Espronceda había descubierto que, ante todo, "era un hombre, un hombre de Almendralejo"; y Pemán recalcaba, torciendo un poco su brazo ante los denuestos que su tiempo echaba del Novecientos, que "colocando su nombre revoltoso en la pared del quieto y ancho caserón de Monsalud, bajo los historiados cuarterones y vierteaguas del balconaje, habíamos entendido que no era lo mismo haber nacido allí" que en otro lugar.
Y esa placa conmemorativa es la que ahora reseñamos, labrada por Santiago Mayordomo, que costó 1.500 pesetas. Otros gastos del Centenario ascendieron a un total de 24.132 pesetas; que suponían en conjunto, aproximadamente, el 1,95% del presupuesto municipal, que para aquel año se elevó a 1.324.521 pesetas.
Se colocó, pues, la placa en la fecha citada y para conmemorar el Centenario de su muerte; pero ya había sido demandada, sin éxito, en 1879 por un grupo de escritores entusiastas de Espronceda, constituidos en una Comisión presidida por el arabista extremeño José Moreno Nieto, a la sazón Presidente del Ateneo de Madrid, y actuando como secretario de la misma el canario Acacio Cáceres Prat.
Enviaron un escrito, que reproducimos por gentileza de Luis Maestre Álvarez, al IV Marqués de Monsalud, Carlos-José Solano y San Pelayo, pidiéndole que fijara en la casa donde nació el poeta, propiedad de los Monsalud, "una lápida que conmemore tan fausto acontecimiento y estimule a honrar las glorias de la inteligencia impidiendo que yazcan por más tiempo en el olvido".
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