luischamizoEn julio de 1919, la Congregación de los Luises de Almendralejo convocó unos Juegos Florales, a los que acudió Luis Chamizo con el poema "Consejos del tío Perico", ilusionado con la idea de obtener la flor natural, aunque todo se quedó en un modesto accésit.

Tal vez, muchos vecinos almendralejenses escucharan por primera vez el término "castúo" en su poema, pues esta composición fue incluida, dos años más tarde, en su obra "El miajón de los castúos" y en ella el tío Perico aconseja a Encarnación, "guapa, más que toas las del pueblo", sobre su noviazgo, recomendándole que busque a alguien unido al campo extremeño, que quiera la tierra hasta hacerla de su propia esencia:

 
"Son asina los cachorros de la raza
 
de castúos labraores extremeños,
 
que, inorantes de las cencias d'hoy en día,
 
cavilando tras las yuntas, descurrieron
 
que los campos de su Patria
 
y la madre de sus hijos, son lo mesmo".
 

 

Aquel mismo año, en agosto, en otro estilo poético muy diferente, en la órbita del modernismo y con reminiscencias de la "Marcha triunfal" de Rubén Darío, compone su poema "Mis polichinelas", que dedica a José Gutiérrez Silva, II Conde de Osilo. Es un sentido poema en el que, en términos regeneracionistas, vuelve a mostrar su predilección por los trabajadores de la tierra amada al señalarlos "redentores del conflicto extremeño". Su última estrofa le sirve de dedicatoria:

 
"Señor: Estos muñecos que en vuestras manos dejo
 
son los polichinelas que ha forjado mi amor.
 
Mostradlos a los hombres niños de Almendralejo.
 
Vos moveréis las cuerdas. Permitidme un consejo:
 
Que agiten bien los brazos, y que recen, señor".
 

Luis Chamizo había nacido en Guareña en 1894. Después de cursar estudios de Perito mercantil en Sevilla y de Derecho en Madrid, había regresado a su pueblo natal hacia el año 1918 donde su padre era tinajero y fabricante de vinos y vinagres. El propio poeta creó en abril de aquel año una sociedad mercantil con dos vecinos de Madrigueras (Albacete) para la destilación y compraventa de vinos (la firma "Piñero, Chamizo y Moral, S. R. C."). Estas relaciones comerciales le llevaron a trabar amistad con una familia de Guadalcanal y allí se casó, en febrero de 1922, con Virtudes, a quien dedicaría el poema "Mi virgencita".

 

Esta poesía se había publicado como una colaboración del poeta en el periódico de Almendralejo "El Defensor de los Barros" [nº 34, 14 de enero de 1922]. De un marcado acento autobiográfico nos recuerda su deambular por caminos y ciudades, siempre peregrino en busca del amor:

 
"Siempre el amor me iba diciendo:
 
sigue adelante, peregrino,
 
porque hallarás al fin la virgen
 
que ha de ser madre de tus hijos".
 

En Sevilla pasó algunos días, en vísperas de su boda. Se reunía con unos amigos y, a veces, terminaban la jornada en un Café Concierto. Una noche vieron actuar a una joven promesa del cante y del baile, llamada Trini Ramos, que luego triunfaría en escenarios de medio mundo. Luis Chamizo le compuso en ese momento un poema titulado "Sangre gitana".

 

En marzo de 1923 el poeta pasó unas horas en Almendralejo y asistió a la tertulia que todas las noches mantenían con Guillermo García Romero de Tejada, director de "El Defensor de los Barros", sus colaboradores y amigos.

 

Allí conoció a Rafael Franco Rastrollo, entonces Director de la Banda de Música de "El Obrero Extremeño" y notable compositor, natural de Badajoz, que había sido profesor en la Banda Municipal de Madrid y compuso varias zarzuelas y numerosas partituras.

 

Luis Chamizo entregó al maestro Franco dos poemas suyos para que éste le pusiera música. Uno, el citado "Sangre gitana"; el otro, titulado "Canción de las sirenas". Desgraciadamente, no se han conservado, que sepamos, ni letra ni música. La primera composición, al decir de los redactores del periódico, era un conjunto de estrofas llenas de alegría y colorido; y la segunda, un modelo perfectísimo de esas sentidas y lindas canciones napolitanas que tanto llegan al alma. Lo que sí nos consta, por noticia aparecida en el ejemplar del 18 de junio de aquel año de dicho periódico, es que el músico cumplió el encargo del poeta, al menos en lo que respecta a "Sangre gitana", que fue estrenada en el teatro "Carolina Coronado" por la cancionista María Gamito.

 

En aquella misma ocasión de la tertulia en Almendralejo, Luis Chamizo compuso, según cuenta el semanario local, ante sus compañeros de Redacción el poema que lleva por título "Fecundidad", que se reprodujo en el número del 5 de marzo. Este poema, que en las "Obras Completas", editadas por el profesor Viudas en 1982, no lleva fecha y se considera anterior a 1918, debe datarse en 1923, según aparece citado en el semanario almendralejense. Es un canto de amor a la Naturaleza de donde brota la vida:

 
"El jardín parece dormido, parece
 
nido abandonado, paraíso perdido.
 
¿Quién perfuma el lecho de la castidad?
 
Y el eco nos dice: la Fecundidad".
 

Luis Chamizo cultivó la amistad de los extremeños residentes en Sevilla, desde su nueva residencia de Guadalcanal. En la Exposición Ibero‑Americana de 1929 conoció, entre otros, al almendralejense Pedro Navia Campos. En 1930 se estrenó en el teatro Cervantes de la capital hispalense su obra teatral "Las brujas", tal vez su mayor éxito como poeta y dramaturgo; y en los preparativos del estreno estuvo colaborando también el escultor Pedro Navia.

 

Almendralejo le tiene dedicada una calle al poeta de Guareña. La antigua Callejita de las Lanchas, a la que, curiosamente, dedicó una de sus composiciones nuestro poeta Antonio Chacón Cuesta, que también utilizaba el castúo en sus poemas:

 
"Eso qu'era yo mu chiquerrinino,
 
pero..., pero entavía m'acuerdo
 
de cuand'iba a la Escuela de los Padres
 
con mi primo Juanito‑José y con Frasco‑Pedro,
 
po la callejita de las Lanchas
 
pisando un gorpe en blanco y otro en negro..."
 

El mundo es un pañuelo. Antonio Chacón casó con una sobrina‑nieta del Conde de Osilo, aquel a quien dedicara uno de sus poemas en 1919, Luis Chamizo, el poeta culto que usaba el habla de su pueblo para cantar las historias de la gente sin historia.