semana-de-la-vidawAlmendralejo se convirtió durante la semana del 19 al 25 de marzo de 2012 en la "capital diocesana de la vida", gracias a una serie de numerosos e importantes actos organizados por la Delegación Episcopal para la Pastoral Familiar.
En el Centro Cívico de la Ciudad tuvieron lugar cuatro interesantes conferencias, que contaron con una gran concurrencia de público. Abrió el ciclo, el lunes, la periodista de COPE, Cristina López Schlichting con el tema "El valor de la vida", a la que siguieron el Consejero de Salud y Política Social del Gobierno de Extremadura, Francisco Javier Fernández Perianes, que habló sobre "La familia en la sociedad actual", el doctor Manuel Pérez Miranda, que disertó acerca de "Anticoncepción de emergencia y dignidad de la vida", y, finalmente, el jueves, la Presidenta de RedMadre en Extremadura, Pilar Javato Lucas, sobre "Solidaridad intergeneracional y voluntariado de apoyo a la mujer embarazada".
Otras actividades, como la exposición permanente "Porque hay vida", la velada de oración en el convento de Santa Clara, el rosario procesional con el cuadro de la Virgen de Guadalupe que presidió el Encuentro Mundial de la Familia de 2009, copia del existente en el santuario mejicano y que representa fielmente la imagen que en 1531 quedó impresa en la manta de campo del indio San Juan Diego; una suelta de globos que llevaban en su interior textos que expresaban "razones por la vida", vigilia por la vida organizada por la Adoración Nocturna, unidades didácticas para centros escolares y grupos de catequesis... Y como acto central, la Eucaristía del sábado 24, presidida en la Parroquia de la Purificación por el Arzobispo de la Diócesis, Santiago García Aracil.
"Ama la vida, toda la vida" es el lema de este año, y así lo expresa el cartel de la Semana, que reproducimos. Es la vida inicial, la vida madura y la vida en el declive de los años, las que encuentran una mano amiga que las acoge, que las estrecha entre la suya, como algo único e irrepetible que debe protegerse desde la concepción hasta la muerte natural.
Todos los actos han estado embebidos de una ardiente defensa de la vida, en especial de la vida despreciada, de la vida de los seres humanos más débiles e indefensos, en defensa de la dignidad humana, sintiendo el gozo inmenso, la alegría, de haber sido llamados a la Vida; "a la vida natural y a la vida sobrenatural" como recordó en su homilía nuestro Arzobispo, y teniendo como horizonte aquellas palabras que otro 25 de marzo, hace 17 años, proclamara el Beato Juan Pablo II: "¡Respeta, defiende, ama y sirve a la vida, a toda la vida humana! ¡Sólo siguiendo este camino encontrarás justicia, desarrollo, libertad verdadera, paz y felicidad!"