En la mañana del día 24 de febrero de 2009 se inauguró la urbanización de la prolongación de la Avenida República de Cuba de la Ciudad, abriendo al tráfico la totalidad de esta vía urbana. La empresa Capiexsa ha sido la que ha realizado la obra, con un presupuesto de ejecución por contrata de 166.844 euros. Se han instalado las redes de abastecimiento, saneamiento, baja tensión y telefonía; alumbrado público en todo el bulevar y riego por goteo y aspersión en el bulevar central. Las dos calzadas de actuación de la obra, con una superficie total de 2.000 m2 han sido dotadas de capa de rodadura en mezcla bituminosa en caliente, y el bulevar central, de zona pavimentada y ajardinada con una superficie total de 2.300 m2.
En el centro del bulevar se levanta una fuente, dotada de instalación hidráulica y eléctrica completa, y un sistema de iluminación mediante LEDs, para mejorar la eficiencia energética, de distintos colores con programador automático. Una de las vecinas de la calle, acompañada del Alcalde, accionó el dispositivo que ponía en marcha la citada fuente, como se recoge en la fotografía adjunta.
La obra se ha completado con los acerados y la peatonalización de zonas mediante solado de terrazo, en una superficie de 1.500 m2; la dotación de mobiliario urbano compuesto en general por bancos de fundición y madera y papeleras de fundición; y la señalización vertical y horizontal en toda la vía pública nueva, ejecutando las zonas de aparcamiento en batería, con espacio para 112 plazas, optimizando de esta forma el espacio existente, en el que se levantan alrededor de 200 pisos.
La avenida se inserta en un espacio dedicado a los países del continente americano, de los que la mayoría cuentan con alguna calle rotulada en su honor. Cuba tiene para la historia de España una singularidad especial: ya fue reconocida su costa norte en la primera expedición colombina, y bautizada con el nombre de Juana. Es posible que Bartolomé González, que pasó a Tierra Firme con la expedición de Nicuesa en 1509, fuera el primer almendralejense que avistara aquellas costas cubanas. Y hasta la independencia de la Corona Española, la Isla vería desfilar a muchos vecinos de Almendralejo anónimos, como conquistadores, colonizadores, militares, comerciantes o emigrantes. El de mayor ascendencia entre los conocidos fue, sin duda, el general Luis Fernández Golfín (Almendralejo, 1825), militar destacado, cuya meritoria vida merece otro artículo, y que hoy recordamos por su vinculación a Cuba, donde sirvió durante más de diez años, entre 1852 y 1863, alcanzando el grado de teniente coronel de la Sección de Estado Mayor. En Santa Clara casó con Juana Martínez Álvarez, natural de dicha villa cubana, y en la isla nacieron sus tres primeros hijos. En 1866, dio a la luz unos "Breves apuntes sobre las cuestiones más importantes de la isla de Cuba"; con anterioridad había elaborado otras Memorias militares que quedaron anónimas, pero en esta ocasión, según sus propias palabras, no quiso ocultar su nombre porque, aunque apoyaba opiniones distintas de las que circulaban en aquel momento, su convicción firme le obligaba a arrostrar las críticas. En unos momentos, la década de 1860, en que en la isla se alzaban los primeros gritos de independencia, el general Golfín demuestra en su obra un conocimiento profundo del "problema cubano" y señala los peligros exteriores que la acechan, la importancia y el valor que Cuba tiene para la metrópoli, el espinoso asunto de la esclavitud y las reformas políticas y militares que habría que abordar.
También su patria chica, Almendralejo, se ha honrado dedicándole una de sus calles, que el azar ha hecho que se encuentre próxima a la avenida de la República de Cuba, de la que sólo la separa el Parque Ramón y Cajal. ¡Caprichos del destino!