baltasar_hurtado_amezagawLa Orden de Santiago, a la que pertenecía Almendralejo, concedía a algunos de sus caballeros (los comendadores) un conjunto de bienes en usufructo, de por vida, (las encomiendas) para atender a su mantenimiento y poder servir a las tareas militares que se les mandaran. En 1329, es decir sólo dos años después del documento hasta ahora originario de Almendralejo, encontramos ya citado un comendador de este lugar, que asiste al Capítulo de Baeza, presidido por el maestre Vasco Rodríguez: se trata de Martín Fernández, al que podríamos calificar como el primero de los comendadores almendralejenses.

Con el paso del tiempo y la pérdida de las funciones originarias que promovieron el nacimiento de las órdenes militares, la concesión de una encomienda pasó a constituir una prebenda de que disponía la realeza que, a través del Consejo de Órdenes, la concedía en pago a determinados servicios o para favorecer a sus deudos.

Felipe II, por una Cédula de 15 de octubre de 1573, había desmembrado la Encomienda de Almendralejo de la Orden de Santiago y la había incorporado a la Corona, para, a los pocos meses, venderla por vía de empeño a la ciudad de Sevilla. Para compensar a la Orden, a sus Comendadores, se les concedió un juro situado sobre las yerbas de la Orden de Calatrava, que se acrecentaría años más tarde, en 1599, hasta 478.766 maravedíes.

A partir de ese momento los titulados Comendadores de Almendralejo no disfrutarán de renta alguna en esta villa. Sus bienes serían el citado juro; otro juro concedido en 1590 al comendador Pedro Zúñiga por un importe de 15.840 mrs de renta, situado sobre las alcabalas de la carne de la ciudad de Salamanca; y un censo de 12.500 mrs de renta, desde 1610, tomado contra Diego López de Salcedo, Caballero de Santiago del Consejo de las Órdenes, y su mujer Juana Calderón.

nombramiento-alcalde1910w

Durante el año 1909 Almendralejo tuvo la fortuna de contar con un periódico local, "La Voz de los Barros", que apenas le sobrevivió. Comenzó su andadura el 13 de diciembre de 1908 y su último número salió el 2 de enero de 1910. 53 números más uno especial, dedicado a Espronceda en el 101 aniversario de su nacimiento. El reconocimiento que no se tributó al poeta almendralejense en su centenario, se quiso remediar al año siguiente: se le ofreció este número extraordinario, se conmovió la conciencia ciudadana lo suficiente como para crear una comisión encargada de celebrar un acto de homenaje, que, finalmente tampoco se llevó a cabo.

Luis Moreno Torrado, director y propietario de este periódico, con el seudónimo de "Arístides", escribió tres artículos en enero de 1909, a favor de que existiera en la ciudad ese instrumento urbanístico, que hoy englobamos en el Plan General Municipal, y que él llama "Plano de alineación". La causa de este abandono era, para el articulista, la falta de recursos municipales para disponer de un arquitecto y para proceder, en su caso, a las expropiaciones necesarias. Sobre la disponibilidad del técnico llegaba a proponer que se pusieran de acuerdo con el ayuntamiento de Villafranca de los Barros (y, si fuera preciso, con el de Fuente del Maestre) para contratarlo conjuntamente.

Denuncia las que considera principales "irregularidades y deficiencias de urbanización, debidas al abandono de la administración municipal en el transcurso de los años", siempre con el único propósito de "alinear las calles" o "hacerlas más accesibles entre sí", con lo que de esta manera conocemos el estado de la urbanización de Almendralejo por estas fechas.

Cita las calles por su antigua denominación pues, sobre todo en 1907, se habían producido importantes cambios de nombres, que indicamos en cada caso. Señala que las importantes calles Becerro (Príncipe Alfonso, 1907), Harnina, Granados (Alfonso XIII, 1907), Escusada (San José, 1899) y Esparrilla (Cervantes, 1907) eran torcidas, y con la entrada tan estrecha, que difícilmente podía pasar por ellas un carruaje; Caño (Carolina Coronado, 1907) y Jara (Reina Victoria, 1907) formaban pendientes peligrosas; Real, centro del comercio, y Mayorazgo (Méndez Núñez, 1907) eran irregulares y provocaban conflictos por ser angostas en su parte media; y hasta las más hermosas y amplias, como Mérida y Mártires, entre las antiguas, y San Antonio, entre las modernas, tenían irregularidades y defectos de consideración.

almendralejo1809w2La ofensiva francesa por el norte de Extremadura empezó a mediados de marzo, y las tropas extremeñas de Cuesta fueron retrocediendo desde el Tajo hasta las proximidades de Medellín donde unos 20.000 hombres presentaron batalla el día 28 al ejército de Víctor, compuesto por unos 18.000. Terminó en un terrible desastre para los españoles que perdieron 10.000 hombres. Aunque posiblemente fueran muchas más las pérdidas materiales que sufrieron los almendralejenses en esa batalla (no conocemos las humanas, más importantes) constan las de diez carros y dos mulas que serían valoradas en 14.200 reales.

La falta de conexión entre Víctor y Soult que operaba en Portugal, paralizó el avance francés hacia Badajoz, pero sus tropas se dedicaron a ocupar y fortificar Medellín y Mérida y a saquear el territorio al sur del Guadiana, extendiéndose, sobre todo, por Tierra de Barros.

1509wEl protagonista de este año es Bartolomé González, el primer emigrante de que tenemos noticias que cruzara el océano hacia las nuevas tierras recién descubiertas. Embarcó para las Indias aquel año de 1509, en la expedición de Diego de Nicuesa. Éste y Alonso de Ojeda habían firmado unas capitulaciones con la Corona, en Burgos el 9 de junio de 1508, para seguir explorando y crear asentamientos en Tierra Firme, que quedó dividida en Castilla del Oro, la zona occidental, para Nicuesa; y Nueva Andalucía, la oriental, para Ojeda; separadas ambas por el golfo de Urabá. El burgalés Nicuesa partió de Sevilla, al año siguiente, con unos 200 hombres hacia La Española, y desde allí, con cinco embarcaciones y 785 hombres (entre los que no pudo estar Hernán Cortés, por encontrase enfermo), a finales de año, rumbo a Tierra Firme.
Sólo nos es dado aventurar la trayectoria del almendralejense en el istmo americano por las vicisitudes que tuvieron lugar en aquellos años en la zona. Podemos suponer que primero estaría con Nicuesa, hasta su desaparición en 1511. Después, viviría el desastre de las dos expediciones (hambre, enfermedades, encuentros con los indios, enfrentamientos entre los expedicionarios); y la rápida ascensión de Vasco Núñez de Balboa, su gran hazaña del descubrimiento del Mar del Sur (1513) y su posterior ejecución (1519), por orden del nuevo gobernador Pedrarias Dávila, quien inició la colonización del istmo y fundó la ciudad de Panamá el 15 de agosto de 1519, en la costa del Pacífico, basculando, desde entonces, la conquista hacia esta fachada americana.

moriscosbEl año 1609 en Almendralejo transcurrió con sus, por entonces habituales, disputas por los cargos municipales, la preocupación por la calidad de la enseñanza que proporcionaban los maestros de primeras letras, las enfermedades de los cultivos, el precio del trigo, el alistamiento de los soldados que les fueron repartidos a la villa, el empedrado de la calle Real, "que baja desde la Plaza hasta la Ermita de los Mártires" [la llamada Real de Mártires] porque servía de paso "a la procesión de la Disciplina el jueves santo por la noche", abonando el Concejo la mano de obra y los vecinos, la piedra... Pero, sobre todo, 1609 fue un año importante, no sólo para la historia de Almendralejo, sino para la de España por la expulsión de los moriscos. La crónica de esta minoría, marginada por su difícil asimilación al catolicismo, comenzó a principios del Quinientos con la conversión forzosa de los mudéjares castellanos (1502), tuvo su punto de máxima ruptura en el levantamiento de los granadinos (1568‑1570) y terminó con los bandos de expulsión de 1609‑1614.