En mayo de 1921 el joven abogado Guillermo García Romero de Tejada (Almendralejo, 1894-1935) presentaba el número programa de "El Defensor de los Barros", "periódico independiente", que saldría a los pocos días y del que era director y propietario.defensordelosbarros

El ejemplar más antiguo que conocemos es el 8, correspondiente al sábado 23 de julio, por lo que deducimos que el primer número vería la luz el 4 de junio de 1921. Inicialmente tuvo sus oficinas en la calle Méndez Núñez, 7; pero ya desde 1924 se instaló en la Plaza de Espronceda, 9: el último ejemplar que hemos manejado es el que se publicó el 31 de enero de 1927, con los números 283-287.

Editado en la Imprenta Arqueros de Badajoz, constaba normalmente de cuatro páginas editadas a cinco columnas, con formato 570x375 mm.; aunque, en ocasiones, se ampliaba el número de páginas. Hasta abril de 1922 salía los sábados y a partir de esa fecha lo hizo los lunes; en su numeración presentó cierta irregularidad ya desde 1923, dejando de salir algunas semanas o utilizando más de un número en algunos ejemplares, como en el citado anteriormente.

Es una fuente primordial para conocer el Almendralejo de los años veinte, sobre todo de su primera mitad, en los aspectos políticos, sociales y culturales a los que dio amplia cabida en sus páginas. Compitió con otro periódico local, "La Opinión", en el periodo 1922-1923.

El prospecto original tiene un formato distinto, 275x213 mm., y consta de 9 páginas. En su portada destaca un precioso dibujo modernista, con los dos motivos emblemáticos de esta tendencia artística: la flora y la mujer. La vegetación y la grácil figura humana se funden en un movimiento sinuoso, pero muy fluido, en el que lodefensorcarolinas tallos envuelven con amoroso cuidado a una figura femenina, medio terrena, medio angelical, que se eleva sobre el suelo (o el mar, significados en unos trazos horizontales) apoyando sus pies desnudos sobre una flor invertida.

El dibujo, alguno de cuyos motivos, se repiten en el interior, enmarca una cartela en la que se indican los principales datos del periódico que se anuncia, y el sumario de este número cero, en el que ya aparecen importantes poetas y artistas locales, como el propio director de la publicación, Isabel del Castillo, Alfonso Iglesias o Ramón Martínez de Pinillos.

Hay un especial homenaje a Carolina y a Espronceda, a quienes dedican las páginas centrales con la inclusión de dos retratos que reproducimos. El de Carolina representa el dibujo de Luis Carlos Legrand, litografiado por Doroteo Bachiller, que apareció en la revista literaria "El Bardo", en 1850. Muestra a una Carolina muy joven, en la que ya se aprecian los rasgos de serena belleza con que la pintara unos años más tarde Madrazo, si bien en el cuadro sus ojos expresarán una viveza y alegría que no observamos en la litografía, donde su mirada perdida no esdefensoresproncedatá exenta de una cierta melancolía.

El de Espronceda lleva la firma de "Rivadeneyra", el importante editor e impresor fundador de la "Biblioteca de Autores Españoles", y recuerda la clásica litografía de Decaen [ver: Maestre Álvarez, Luis (2008): Retratos de José de Espronceda, Almendralejo, Ayuntamiento de Almendralejo]. Vestido como requiere la época, pues la apariencia manda, el cuello de la blanca camisa, terminado en aguda punta, sirve de límite entre la oscuridad de la poblada barba y la de la cumplida corbata, la pieza quizás más importante del atuendo romántico, que completan camisa, chaleco y frac. Una abundante y ondulada cabellera prolongada por las patillas, la barba, la perilla  y el bigote, solamente quedan visibles el borde de su oreja derecha y las lívidas mejillas, la frente despejada, la afilada nariz, unos labios semiocultos y dos ojos grandes, negros, pensativos y lejanos: un magnífico retrato romántico.

Junto a unos datos biográficos, no exentos de alguna pequeña errata, se destaca esta declaración de "El Defensor de los Barros": "Esta Revista, que pretende ser un estímulo para la hermosa región a la que se consagra, un recordatorio de sus glorias y un acicate de sus futuras energías, cumple el deber de consagrar en su primer número este humilde homenaje, todo cordialidad y admiración, a los dos hijos de Almendralejo cuyos nombres vivirán cuanto viva la lengua en que cantaron".