fernandez-alvarezwDon Manuel ha fallecido el pasado día 19 de abril de 2010 en su querida Salamanca, a los 88 años de edad. Estuvo en Almendralejo durante los actos del Bicentenario de Espronceda, en la V Feria Extremeña del Libro, el 7 de mayo de 2008, y tuve el honor de presentar su conferencia "Espronceda y su tiempo".
 
Señalé, entre otras cosas, que "nuestro conferenciante es un excelente historiador, porque es un excelente biógrafo, individual y colectivo. Nos ha ofrecido en su ingente obra una galería de personajes de nuestra historia moderna, humanizando a los protagonistas que el tiempo ha mitificado. Así, ha hecho desfilar ante nosotros a reyes y reinas, sin duda, los más importantes de nuestra historia, Isabel la Católica; su hija Juana la Loca, la cautiva de Tordesillas; su nieto Carlos V, como César y como hombre; y el hijo de éste, Felipe II. Y, además, una acertada selección de notables en distintos campos, el político Jovellanos, el patriota; Cristóbal Colón, el navegante tenaz; los escritores universales Fray Luis de León y Cervantes; o el militar implacable y fiel, el duque de hierro: Fernando Álvarez de Toledo, III Duque de Alba, que firmó una de sus cartas en Almendralejo, el 11 de mayo de 1580, cuando iba camino de Portugal para conquistarle aquel reino a Felipe II, el ingrato monarca que le negó la licencia de que viniera a morir en España, con lo que el Duque terminó su vida en Lisboa".
 
 

Añadí que "Don Manuel siempre ha valorado, tanto los hechos que jalonan la vida de sus biografiados, como la vida personal y familiar de los mismos; presentando primero el escenario en que desarrollan su existencia, analizando costumbres, estructuras sociales, cultura y condicionantes económicos, para, una vez conseguido el propósito de situar al lector en la mentalidad de la época, abarcar con profundidad y de una manera amena y atractiva, la figura y la obra del personaje, al que da vida y hace hablar con sus mismas palabras por medio de los documentos originales que maneja de forma magistral. Porque, y me sirvo de sus palabras, debemos conocer el ambiente de una sociedad, pero también tratar de ver al personaje que en ella se perfila [...], al hombre concreto que es el que hace la Historia. La Humanidad tiene un rostro. El problema estriba en apreciar los problemas de cada tiempo en sus personajes (La sociedad española en el siglo de oro, 1983, p. 25)".

 
Don Manuel recordó la profesión de fe de españolidad de Espronceda en su discurso del 8 de abril de 1842, un mes antes de su muerte: "Para mí, tan español es el nacido en las orillas del Segre, como el nacido en las orillas del Guadalquivir, como el nacido en las orillas del Miño. Todos somos españoles [...]. Y me honro tanto de ser español que si me hubieran dado a escoger patria en el momento de nacer, hubiera elegido a España", y concluyó su intervención en Almendralejo con estas reflexiones:
 
"España fue una gran nación, con un gran imperio, pero esto pasó y eso lo sintió Espronceda. Había que buscar otro imperio, el imperio de las letras, el imperio de las palabras, el imperio de la cultura, el imperio de la libertad, y allí es donde España se podía encontrar a sí misma y es por esa España precisamente por la que luchó tanto siempre toda su vida Espronceda.
Yo pienso que el imperio de las armas siempre deja un lado negativo, siempre hay un oprimido, siempre hay alguien que se vea ofendido; el imperio de la cultura no deja más que agradecidos, el imperio de la cultura no roba, no despoja, sino que entrega, da; y ese imperio de la cultura es el que en definitiva buscó Espronceda y diría yo que con su gran poesía ayudó en muy gran medida a forjarlo. En esas estamos ahora, queridos amigos. Yo creo que por eso, evocar a Espronceda no es sólo evocar al poeta, poeta grande, sino también al que amó la libertad de manera tan frenética, y también al gran español que fue y, por tanto, también al gran patriota".