almendralejo-1511
Ya en la visita de 1508 (ver Libro del Cronista, I: "Almendralejo, 1508") se había mandado hacer un retablo grande para el altar mayor de la Iglesia al conocido artífice Antón de Madrid. Tres años después, los visitadores de 1511, recogen las entregas a cuenta efectuadas al referido artista, pintor, vecino de Zafra, por su retablo "de talla e pintura": una de 33.333,5 mrs y otra de 21.640 mrs (hubo otras anteriores); a cuenta de los 90.000 mrs en que se concertó.
Como hubiera algunas desavenencias en cuanto a los términos del contrato de la obra, se realizó en Almendralejo una escritura de obligación, en presencia del escribano y testigos, el 25 de marzo de 1511, entre Antón de Madrid, pintor, y el mayordomo de la Iglesia de Santa María, Diego Fernández, con objeto de evitar pleitos, ya que el referido retablo había sido tasado en cien mil reales por algunos maestros, pero otros, en ausencia de Antón de Madrid, no estuvieron de acuerdo.
Se obligan, mutuamente, por esta escritura a que Antón de Madrid haga un arca para el sagrario de talla dorada según conviene al retablo y le coloque una cerradura francesa con llave, a satisfacción del Concejo. Además, debe mejorar los guardapolvos que tiene el retablo: se quedará con los actuales y los volverá a hacer nuevos de dos palmos de ancho, con la misma decoración de follaje que ahora tienen, labrando en ellos las armas reales y de la Orden y en cuadro una moldura de oro y azul; y cubrirá lo bajo del retablo como convenga. Debe, asimismo, pintar la viga donde está el Crucifijo y refrescar las imágenes que están sobre ella; blanquear la capilla, arco toral y sacristía, y las puertas de ella de verde y amarillo. Por estas obras y el retablo que tiene hecho se le pagarán los 90.000 mrs, de los que tenía ya recibidos 77.750 mrs; y mientras duraran las obras, el Concejo le daría posada, la viga y los andamios, la cerradura y la llave.
La Visita de 1511 nos trae otro dato singular. Los visitadores estuvieron en Almendralejo cinco días, y la cuarta parte de su alimentación corrió a cargo del Concejo. Hechas las cuentas, desde la cena del domingo hasta la comida de mediodía del jueves, gastaron 1.760 maravedíes, además de otros 300 en cebada para las caballerías; de modo que el Concejo abonó 515 maravedíes.
Se explicita un cierto desglose del precio de lo gastado. En pan, 155 mrs, en vino, 302; de aves, 139; de pescado (peces, jibia y sardinas), 604; y de alimentos variados, en los que también se cuentan elementos para cocinarlos (aceite, aceitunas, lentejas, tocinos, candelas, naranjas, leña, paja, garbanzos, nueces, especias y espinacas), 560 mrs.
No se trata más que de un dato aislado y poco desglosado, pero debemos considerar que más de un tercio del presupuesto se gastó en pescado y, dejando aparte el conjunto complejo de varios, el valor del vino fue la mitad que el del pescado y tanto como lo que gastaron conjuntamente entre el pan y la carne.