El 6 de marzo de 2009 se ha presentado el número 8 de la Revista "La Metáfora", confeccionada por la Asociación Cultural "Ventana Literaria", de Almendralejo. El acto revistió este año una emotividad singular, al estar dedicada a María Antonia González Macho, Presidenta de la Asociación, fallecida el pasado año. En el Centro Cívico de la Ciudad, presidido por la Concejala de Cultura, Piedad Álvarez Cortés, y la nueva Presidenta de la Asociación, María Teresa Rodríguez Carretero, que tuvieron emocionadas palabras hacia Mari Toni, fue presentado por Natividad Robles Villena, miembro de la Asociación, y contó con la participación de Carmen Fernández-Daza Álvarez, que glosó la labor de "Ventana Literaria" y la vida y obra de Mari Toni y la actuación de los componentes de la Asociación que recitaron sus propias composiciones; y con el Coro del Conservatorio Oficial de Música de Almendralejo, que interpretó un selecto repertorio, así como con la colaboración de una de sus componentes, María del Carmen Navia Alarcón, que cantó un poema de Carolina Coronado, "Siempre tú", musicalizado por ella misma. La familia de Mari Toni, por medio de su hijo Pedro, expresó el agradecimiento ante el homenaje y el recuerdo que se le tributaba. Recogemos unos fragmentos de la intervención de Carmen Fernández-Daza.
"Es para mi un honor hallarme esta noche junto a ustedes, y haber sido elegida para colaborar en la presentación de una metáfora, "La Metáfora", hoy más que nunca propietaria del nombre, con un ángel dulce iluminando una cubierta.Creo sinceramente que uno de los elementos que hacen visible la inquietud de los pueblos es la existencia de asociaciones. Supone que un colectivo, desinteresadamente, ocupa su tiempo (que es la vida) en el afán de construir un sueño muchas veces colectivo, en el afán de mejorar cualquiera circunstancia de una colectividad completa o una parte de ella. Son las asociaciones, además, un vínculo social que refleja la apertura de sus gentes, la necesidad de ser entre otros, para otros. De ahí que considere que entre las riquezas de Almendralejo se halle el ser un pueblo tan extraordinariamente rico en asociaciones culturales, sanitarias, sociales, políticas, educativas, o de cualquiera otra índole.
Entre ellas, una muy querida por mí, por mis inquietudes personales y por el cariño con el que siempre se me ha acogido y la generosidad que han tenido para con mi familia, es "Ventana Literaria". Ya su nombre me parece sugerente. En un tiempo de tanta prisa y logotipo, de tantísimos iconos y mensajes de texto telegráficos y antiortográficos, el que exista un grupo nutrido de personas que se reúnan para hablar de la palabra, para mimar a esa palabra, para crecer en ella, me parece laudable, sino heroico. Con este grupo hay una ventana abierta al placer estético de las palabras enteras.Pero además esta Asociación no es una atalaya, lejana por su altura, una torre de marfil, no está encerrada en sí misma, sino que participa y está presente en cuantos hechos culturales o literarios se celebran en nuestro pueblo, lo cual es muy de agradecer. [...] Y hoy "Ventana Literaria" les entrega sus páginas hiladas en versos y en prosa, 26 plumas y 41 composiciones para disfrute de todos. Versos entre rosas blancas y melancolía, nunca tristeza. Blancos eran sus árboles, blancas sus rosas y sus ojos del color de la flor de la encina. Ella era mujer de campo y de palabra. Ella es parte del campo y parte de nuestras palabras. Tierra extremeña vuelta a su barro.
Más que de justicia, es de amor el haber dedicado esta metáfora de ángeles a María Antonia González Macho. Y nunca podré agradecer suficientemente el que fuese la elegida para ser antesala en la Revista de tantos ramilletes literarios a ella dedicados. Porque creo que las cosas no son hijas del azar, porque me muevo en la convicción de la providencia y mi breve testimonio escrito viene a salvar públicamente el reconocimiento de mi admiración por esta mujer de valor y de alegría.
Creo que ella lo sabía. Creo que sentía ese puente invisible que ligó nuestros corazones un breve tiempo, en lazos de indescriptible intensidad y que ambas, muchas veces, vivíamos como niñas en el lugar donde todo es caliente, en la infancia. Ya expresé en mi prólogo que, sobre todos sus valores, para mí María Antonia fue transfusión en sangre de la alegría.Es, sin duda, la virtud que más me conmovía, la que hablaba de esa mujer sabia que era, de esa mujer libre; y esa alegría me arrastraba entre el tintineo compartido y armónico de sus ojos y su sonrisa. ¡Huid de los tristes -decía Séneca- de los atormentados, porque ellos anulan la serenidad del alma!
Ahora, en su ausencia de carne, me acompañan sus versos, su libro, premonitorio de sí misma; lo cual, a un lado su indudable gozo estético y la hondura del lenguaje poético, me desnuda más a esa mujer sabia, que era y que presentía, que como creían los vates griegos, estaba poseída de la "manía" (en el sentido etimológico de la palabra), con lo que tiene ésta de terapéutico y de adivinatorio en la mente y divinidad del poeta entero.[...] . Todo el libro es la plena desnudez de su alma hasta la asunción, en serenidad plena, del breve tiempo en la tierra que le restaba, y de esa paz en la conclusión por saberse en la pureza de lo bueno, en las notas mansas de su vida, que coronarían su último vals: