Con la presencia del Presidente de la Junta de Extremadura, Alcalde de Almendralejo, Consejera de Sanidad y Dependencia de la Junta, Presidente de la Diputación Provincial de Badajoz y Presidente de la Plataforma por la Sanidad Pública “Tierra de Barros”, tuvo lugar en el Centro Cívico de Almendralejo un sencillo y emotivo acto de homenaje a Manuel Esteban Vivas Santillán, quien durante muchos años ha sido Presidente de la Plataforma Pro-Hospital. Al acto asistieron numerosas personas y colectivos, así como el Alcalde de Zafra, su ciudad natal.
Todos los intervinientes destacaron las cualidades humanas del homenajeado, desde la gran cercanía a su persona, que motivan su sencillez y su disponibilidad. El Alcalde de Almendralejo, José María Ramírez Morán, rememoró recuerdos infantiles y los lazos de amistad que unieron a su familia con la de Manolo Esteban Vivas.
El Presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, valoró su carácter afable y cariñoso, que le había llevado a una relación de amistad y familiaridad; y, a la vez, su determinación en las negociaciones, su dureza a la hora de mantener, dentro de una línea claramente democrática, las reivindicaciones que consideraba justas, con un espíritu altamente constructivo.
Francisco Zarandieta Arenas fue el encargado de hacer la biografía del homenajeado, con la tarea poco menos que imposible de encerrar en sus palabras una rica vida de servicio a los demás. Extractamos algunos de los párrafos de su semblanza:
"Su nacimiento en la vecina ciudad de Zafra, comercial y abierta, donde su familia esperaba encontrar mejores oportunidades económicas que en su originaria Fregenal, de donde procedían; y su infancia en un ambiente familiar entrañable que formaban los padres, José María, artista, escultor, y Elisa, culta y sacrificada como todas las madres, y sus cuatro hijos (Remedios, Manolo, Elisa y José), educados todos en una concepción cristiana de la vida, del respeto y del servicio a los demás, que fue la semilla que más fructificó en su espíritu.
Después, el infortunio, la desgracia, el fallecimiento de su abuelo, y un nuevo traslado de residencia, en esta ocasión a Almendralejo, cuando Manolo tenía 9 años de edad. Unos estudios cortos, en la Escuela de los Padres y en el Colegio Miguel Primo de Rivera, completados con la educación del hogar, y a los 14 años su primer trabajo porque la economía familiar necesitaba de su aportación. Aquellas 60 pesetas mensuales de 1942 fue su primer salario. Y desde entonces, hasta que cumpliera los 65 años, trabajando honradamente en varias empresas de la ciudad; leyendo incansablemente, autodidacta tenaz; y rebelde y solidario con las situaciones de injusticias sociales, laborales y humanas que la vida le iba presentando dolorosamente a su alcance.
Aquellas inquietudes sociales fueron canalizadas en la HOAC, Hermandad Obrera de Acción Católica, un movimiento apostólico de la Iglesia en el que se conjugaban dos valores que Manolo tenía (y tiene) muy arraigados y que se vivían muy unidos: la fe cristiana y la vida obrera. La HOAC en Almendralejo tuvo tal importancia que la sede de la Comisión Diocesana fue trasladada de Badajoz a nuestra ciudad, y de ella fue presidente Manuel Ramírez Rodríguez, padre de nuestro alcalde, otra persona que dejó una profunda huella en la ciudad, por sus desvelos en favor de los más desfavorecidos.
El método de trabajo y reflexión de la HOAC va a marcar la acción social de Manolo Vivas. Ver, juzgar y actuar fueron las bases que sirvieron para que muchos siguieran (siguiéramos) comprometidos con un modo de ser, de pensar, de sentir, de actuar y de vivir, personal y comunitariamente, profundamente cristiano, y, por ello, humano y solidario. Los valores que en la HOAC se potenciaban permitían analizar objetivamente las situaciones, desarrollar un espíritu crítico, abordar un diálogo respetuoso y fortalecer la voluntad para llegar a ser capaces de transformar la realidad. Todo esto, como si fuera un plan premeditado, aunque en realidad era una actitud vital, lo llevó a cabo Manolo en su afán de conseguir las mejoras sanitarias para Tierra de Barros. ¡Qué buena escuela aquélla, y qué buenos resultados dieron en la Plataforma!
Con todo este bagaje previo, no nos puede extrañar su actuación a favor de una asistencia médica y hospitalaria digna en nuestra comarca. Habían querido promover de nuevo la HOAC en los años 90, y de aquel intento quedó como fruto una Asociación de Ayuda a los Parados, que tendría una eficaz, aunque corta, trayectoria. De aquella inquietud y de la que surgió por aquellos mismos años en las Asambleas Familiares Cristianas de la Misión predicada por los Claretianos, brotó una idea, que cuadraba con una sensibilidad muy extendida entre la población: necesitamos un Hospital para la comarca. Y con este propósito, pusieron manos a la obra, sabiendo de las dificultades, pero también de la fuerza que tienen las peticiones justas.
En 1997 se daban a conocer a la opinión pública la fundación y los objetivos de la Plataforma Pro-Hospital Comarcal “Tierra de Barros”. Personas y hechos están en la memoria de todos nosotros. Recordaré, en representación de todos sus componentes, a los tres presidentes que ha tenido la Plataforma: Joaquín Sánchez Mariñas, Manolo Vivas y Miguel García Giménez-Millán.
Y evocaremos tres de sus actuaciones, que despertaron la conciencia social de la comarca entre marzo de 2000 y marzo de 2001: la voluntad de un pueblo, de una comarca, en la calle, recorriendo la localidad el 18 de marzo, con serenidad, respeto y firmeza, ante la mirada agradecida de los vecinos, que se iban integrando en la manifestación, hasta llegar a ser más de 30.000 personas; lo que movió a la Junta de Extremadura a anunciar que cuando asumiese las competencias sanitarias (21-12-2001) construiría el Hospital.
Las jornadas de octubre y noviembre de aquel mismo año, con un encierro reivindicativo en el Ayuntamiento de Almendralejo y la posterior caravana de autobuses a Cáceres, uno de los momentos más duros en el camino que recordamos. Sin duda, los apoyos ciudadanos y la tenacidad de Manolo y de sus compañeros determinaron que continuaran trabajando en el proyecto; porque, pienso que les reconfortó sobremanera ese encierro activo, que contó con la colaboración de todo Almendralejo, generoso como siempre, vecindario, medios de comunicación, asociaciones en general, y especialmente las vecinales, y la Corporación Municipal, y la presencia de relevantes personalidades, Santos Jorna, Luis García Hurtado, Ángel García Rodríguez y Carmen Flores, que nos ilustraron aquellos días con conferencias sobre temas sanitarios.
Y en marzo de 2001, después de recorrer una vez más toda la comarca y recabar el apoyo de sus alcaldes, el acto del Teatro Carolina Coronado, prólogo de un paro general y de una concentración multitudinaria al día siguiente.
Los hechos que recordamos son importantes, porque avivaron la conciencia ciudadana y fortalecieron las justas peticiones. En su preparación colectiva, Manolo tuvo un papel decisivo que valoran sus propios compañeros de la Plataforma; pero estos acontecimientos no son más que hitos en el camino, en un camino recorrido en equipo. El camino es lo importante, es lo que hace que se vayan cumpliendo las etapas. El largo camino de una década, marcado por huellas que no se borran, porque no están hechas sobre la arena, sino sobre la roca firme y sólida de unos principios, avalados por la convicción de que lo que se pretende es un bien general, algo que en justicia debe darse, y esa fortaleza de espíritu, esa perseverancia, que representaba Manolo Vivas ante sus compañeros y ante las autoridades competentes.
Ayer hacía un año cuando en presencia de las máximas autoridades autonómicas y locales, se inauguraba el Hospital Comarcal “Tierra de Barros”, y Manolo Vivas un hombre sencillo, acompañado por su inseparable hermana Elisa, porque junto a un hombre importante siempre hay una mujer excelente, asistía como uno más a aquel importante acto. Las autoridades le hacían el honor de que descorriera la cortinilla que cubría la placa conmemorativa. No es fácil recoger en vida la cosecha de lo sembrado; pero en esta ocasión afortunadamente se estaba produciendo el milagro, y podía presenciar lo que había soñado para nuestra tierra: el Hospital
Desde el año pasado se han producido realidades evidentes, a partir de las promesas de la Junta de Extremadura, en las que ha tenido mucho que ver nuestro Presidente Fernández Vara, -el Hospital y el segundo Centro de Salud (21-2-08)-, que siguen siendo hitos en un camino que debe seguir siempre adelante, en beneficio de la sanidad de los habitantes de esta comarca. De nuevo, el camino, y por eso sigue la plataforma, si bien con otra denominación, Plataforma por la Sanidad Pública “Tierra de Barros”, con la continuidad que le da Miguel García Giménez-Millán, el último presidente de la anterior, y con la Presidencia de Honor vitalicia, con la referencia y el trabajo continuado, que deseamos por largo tiempo, de Manolo Vivas.
Y ahora, Manolo, tus convecinos, a través de sus representantes sociales y políticos, quieren honrar a la ciudad, dedicándote una de sus calles, no lejos de donde se ubican centros de servicios educativos, sanitarios y sociales. ¿Qué sentido tiene darle el nombre de una calle a una persona determinada? Cuando una ciudad crece, como lo está haciendo Almendralejo, es más necesario que nunca educar a sus habitantes en el conocimiento de sus orígenes, porque no se puede amar lo que no se conoce; hay, en este caso, que almendralejeizar a los ciudadanos, hacerles sentirse orgullosos de su tierra, dándoles a conocer las raíces de su localidad, recordándoles las personas que han contribuido y contribuyen a hacer su historia todos los días, enmarcada en una Extremadura, que afirma su propia identidad dentro de la nación española.
En esa labor, las denominaciones de calles o plazas tienen un profundo sentido didáctico. Posiblemente, dentro de muchas décadas, los jóvenes que paseen junto a la calle que lleva tu nombre, conozcan a través de su rótulo un trocito, pequeño si tú quieres, pero necesario, en la construcción del Almendralejo de entonces; y sus familiares mayores podrán decirles: 'La Plataforma Pro-Hospital fue decisiva para la construcción de este Hospital, en que vosotros nacisteis' . Y añadirán, orgullosos, 'nosotros conocimos a Manolo Esteban Vivas Santillán, era un gran hombre y muy bueno'. Muchas gracias, Manolo, por tu ejemplo."
El homenajeado recibió varias distinciones. De manos del Presidente de la Junta, una escultura de Rafael Ortega que representa el nacimiento del Servicio Extremeño de Salud; la Consejera de Sanidad y Dependencia, María Jesús Mejuto Carril, le hizo entrega del escudo de oro que otorga la Consejería a quienes trabajan en defensa de la sanidad pública; el Alcalde de Almendralejo le impuso el escudo de oro de la Plataforma, mientras que el actual Presidente de la misma, Miguel García Giménez-Millán entregaba el mismo escudo al Presidente de la Junta, por su papel en la consecución del Hospital. También sus compañeros de Plataforma hicieron a Manolo entrega de un obsequio, en recuerdo y agradecimiento a su labor.
Manolo respondió emocionado a todas las intervenciones y reconocimientos, y fue recordando y dando las gracias a todos, a todas las personas, colectivos e instituciones, por la ayuda prestada en estos años, recalcando continuamente que la Plataforma era un equipo indivisible y él hablaba en nombre de sus compañeros. Recordó, especialmente, cómo Fernando García Fernández fue quien propuso a los demás la idea de luchar por el Hospital, y el apoyo constante de su hermana Elisa, así como la ayuda, tanto política como personal, del Presidente Fernández Vara.
El acto concluyó con la inauguración de la calle que lleva su nombre, la prolongación de la calle Santa María de Cora.