El Diario Oficial de Extremadura, en un número extraordinario de 15 de junio de 1985, publicó la Ley 4/1985, de 3 de junio, por la que instituía su propio Escudo, Himno y Día de Extremadura. Este día quedó señalado en el 8 de septiembre, festividad de la Virgen de Guadalupe, por su arraigo popular y por su dimensión cultural e histórica.
Comenzaba una andadura que necesitaba que los extremeños se identificaran con su Comunidad, y una de las maneras más eficaces de hacerlo era, como siempre, a través de la simbología. Había que acudir a Guadalupe aquel 8 de septiembre de 1985, y el Ayuntamiento de Almendralejo invitaba a todos los vecinos a asistir a aquel importante acontecimiento.
La víspera, el día 7, ya a las once de la mañana, una Banda de cornetas y tambores, recorrió las calles de la ciudad; y, más tarde, en el Ayuntamiento se procedió a izar la bandera de Extremadura y al descubrimiento de la placa que reproducimos.
En el Pleno institucional que cerró el acto, el Alcalde José García Bote señaló, principalmente, que se nos convocaba a participar en la reconstrucción de nuestra autonomía, nuestra historia, nuestra cultura, nuestras costumbres; a autoafirmarnos como pueblo que ha contribuido sin contrapartida al desarrollo de otros pueblos desde las ciencias, las letras, el trabajo...; a una tarea difícil, pero no imposible si aprovechábamos la celebración del día de Extremadura para estrechar los vínculos de unión entre todos los extremeños, potenciando así las peculiaridades de nuestro pueblo y el afianzamiento de la identidad extremeña. Como conclusión, se interpretó el Himno de Extremadura.