SAN MARCOS Y ALMENDRALEJO. DOCUMENTOS FUNDACIONALES Y MOMENTOS PARA EL RECUERDO

Francisco Zarandieta Arenas

San Marcos
La partida original de una entidad de población con el nombre de Almendralejo es un Privilegio concedido a la ciudad de Mérida en el año 1327 por la Orden de Santiago, que había participado en la reconquista del territorio y lo había recibido en premio para su repoblación, formando parte de la Provincia de León de esta Orden, que tenía su Convento Mayor bajo la advocación de San Marcos, en la ciudad de León. Era natural que algunas ermitas levantadas por los pobladores de la Provincia santiaguista estuvieran dedicadas a este santo evangelista. Desde finales del siglo XV hasta comienzos del XVII, con gran irregularidad, se conservan visitas de los santiaguistas a sus posesiones, que informan del estado de las mismas.

SIGLO XVI: En la Visita realizada en el año 1511, podemos leer, en el estilo de la época:

Hermita de Sant Marcos.- Visitóse una hermyta de Sant Marcos que es a do dizen Harnina a media legua de la dicha villa, la qual se haze agora nuevamente. Hallóse por mayordomo della a Diego Lopes de Benito Gonzáles, al qual los visytadores pasados dexaron por mayordomo, al qual se le tomó quenta de lo que ha rescibido e gastado después en nonbre de la dicha hermyta, e visto su cargo e descargo, cargándole myll e nueve?ientos maravedís que le dexaron de alcance los visitadores pasados e sacado lo uno de lo otro fue alcanzado por nuevecientos e finco maravedís e medio e por ocho fanegas de trigo, e más tiene la dicha hermita un toro que dizen de Sant Marcos, más se le hizo cargo de tres reales que a de cobrar de Alonso Fernández de la Fuente porque se aprobechó del dicho toro de Sant Marcos.- Quedóse por mayordomo de la dicha hermita el dicho Diego Lopes e se le fizo cargo del dicho alcance; del qual se resabió juramento en forma en cargo del qual dixo que bien e diligentemente usará del dicho o tifio de mayordomo.- Mandamientos.- Mandósele al dicho mayordomo que el alcanfe susodicho e lo que más pudiere aver lo gaste durante su tienpo en hazer la capilla e alfando hagan los mayordomos que después subfedieren porque la dicha capilla se acabe y que hasta acabada la dicha capilla no encomiencen el cuerpo de la iglesia.- Yten se mandó que hagan un libro en que asyenten su rescibo e gasto e que el dicho libro ande de mayordomo en mayordomo e que el Concejo cada un año vea las quentas e provea de mayordomo por el día de año nuevo en cada un año. [Archivo Histórico Nacional, O. M, O. S. L. 1108 C, ff. 615v-616. Visita de la Orden de Santiago a la villa de Almendralejo, efectuada el 24 de marzo de 1511.]

Diego López de Benito González es el primer mayordomo conocido. La Ermita se comenzaría a levantar hacia el año 1507 (fecha en que también comienza a edificarse la Ermita de la Piedad), pues la visita anterior es de 1508 y no se conserva completa. Se construía en un cabezo que domina el arroyo Harnina; al mayordomo le tomaron las cuentas, que debería anotar en un libro, y resultó un saldo a favor de la Ermita de 905,5 maravedíes, 8 fanegas de trigo y un toro que llaman de san Marcos. Además, tenía que cobrarle a un vecino 3 reales por haber utilizado dicho toro en sus labores agrícolas. Este dinero debía gastarlo en hacer la capilla y, cuando estuviera acabada, se comenzaría con el cuerpo de la iglesia.
Cuatro año más tarde, en la Visita de 1515, el mayordomo es Alonso Vaquero; son cargos anuales que nombra el Concejo. Ya está levantada la capilla, aunque no cubierta. La obra se hace muy lentamente, sin duda, por la falta de ingresos. No hay noticias hasta mediados de siglo, y en la Visita de 1550, siguen diciendo que está empezando a hacerse una capilla con las paredes altas para la bóveda; entre sus pertenencias se encuentran un toro y una vaca. Se toman las cuentas al mayordomo de 1549 (Diego Hernández): hay algunos ingresos más, pero han tenido que prestar a la Parroquia, 20.000 maravedíes. Se le manda al mayordomo de 1550 (Gómez Fernández) que se gaste todo el dinero en terminar la bóveda, salvo 2.000 maravedíes que queden para obras pías. En la Visita de 1557, la Ermita ya ha quedado terminada, la capilla está encalada y el altar, elevado sobre una grada, muestra un paño pintado con la figura de san Marcos, flanqueado por las de san Juan y san Mateo. El mayordomo de 1556 (Rodrigo Rangel) presenta sus cuentas y entrega a su sucesor en 1557 (Alonso Ortiz) la suma de 35.322 maravedíes, 4 celemines de trigo y 7 de cebada; además del inventario de bienes entre los que destacamos, un toro de nueve años, una vaca, un novillo de dos años y dos becerros de un año. Ante una hacienda tan saneada, los visitadores le mandan que preste 2.000 maravedíes a la Ermita de Los Mártires para la obra de su iglesia. Ha pasado medio siglo para que podamos conocer que la Ermita está concluida y en su altar mayor se venera a san Marcos.

SIGLO XVII: Unos cincuenta años más tarde, a comienzos de este siglo, volvemos a tener noticia de esta Ermita. Los visitadores la describen como una iglesia de buen tamaño que tiene dos arcos de ladrillo; las paredes son de piedra y mampuesto; el techo de madera de pino y caña; la puerta se abre hacia el oriente y en el altar, un ara con un frontal de damasco colorado con guarnición verde, delante de un retablo luce una figura de san Marcos, dorado. Las cuentas que presenta el mayordomo García Martín Ortiz reflejan los ingresos anuales (mandas testamentarias y limosnas en el bacín el día del Santo) y los gastos (misa y procesión el día del Santo y colgar y descolgar los paños el día de la fiesta). Quedaba un saldo de 5.428 maravedíes.
La Ermita estaba a cierta distancia del pueblo, como otras, que constituían una avanzadilla en su defensa: defensa contra la guerra, defensa contra la enfermedad, contra la peste que hacía pasar la cuarentena en la ermita, a los que llegaban de lugares sospechosos de haberla contraído. Son los tiempos de la guerra larga (1640-1668) que condujo a la independencia de Portugal de la Monarquía Hispánica. Años en los que, no obstante, Almendralejo consiguió comprar definitivamente su independencia como villa realenga. En este expediente el geómetra madrileño Antonio Martínez confeccionó un plano del término almendralejense con la ubicación de algunos edificios representativos; entre ellos, la ermita de San Marcos, situada entre los caminos a Badajoz y a Lobón. [Archivo General de Simancas, M. P. D. XXXIX, leg. 256. Primer plano de Almendralejo, donde aparece la Ermita de San Marcos. Año 1665. Reproducido en la fachada actual de la Ermita. Analizando la topografía del lugar no parece que quede otro sitio posible que aquel en que don Zacarías de la Hera edificara siglos más tarde un bonito cortijo. ]Terminada la guerra se consiguió la licencia para fundar una Cofradía de San Marcos:

Se presentó una petición de Juan Ortiz de Paz,3 mayordomo de la ermita de san Marcos, Francisco González Barreñón, Francisco Hernández, Manuel Andrés, Sebastián García, Diego Hernández y Juan Guerrero, vecinos de esta villa, por ellos y en nombre de los demás hermanos que pretenden ser de la Cofradía que quieren fundar del glorioso Santo, en virtud de la licencia que para ello tienen del Sr. Vicario General de esta Provincia de León, en que piden a esta villa licencia para fundar la dicha Cofradía; y vista la dicha petición por sus mercedes, concedieron la dicha licencia a los susodichos para hacer la dicha fundación, con que esta villa a de poder en todo tiempo nombrar mayordomo de la dicha ermita usando del derecho de Patronazgo que tiene, sin que en ningún tiempo pueda perder ese derecho. [Archivo Histórico de Almendralejo, Libro de sesiones, 1 de mayo de 1669. Juan Ortiz de Paz (1628-1704), fue mayordomo de la Ermita, al menos, los años 1670-71, y 1675-76. Tenemos noticias de otros 28 mayordomos del siglo XVII, cuyos nombres obviamos en esta ocasión].

SIGLO XVIII: El Concejo nombraba anualmente una serie de cargos, entre los que se encontraban los mayordomos de las distintas ermitas. De la primera mitad de este siglo, solamente se han conservado las Actas del periodo 1720-1729, en las que aparecen los nombres de los mayordomos de san Marcos. En los acuerdos de la década de los años cincuenta, que sí se conservan, no figura entre los nombramientos el mayordomo de san Marcos, y de la década siguiente no se conservan las actas. Por fin, en 1770, sí aparece citado el presbítero Pedro García Naranjo, que continuaría renovando el cargo anualmente hasta su fallecimiento en 1787. Después no se volvió a nombrar a nadie más, lo que nos hace pensar que la Ermita tuvo una actividad irregular durante este siglo y que sólo el celo de su último mayordomo mantuvo la esperanza de una recuperación, posiblemente tan difícil que a su muerte quedó abandonada y no tardaría en convertirse en ruinas.
Sin embargo, el escritor benedictino fray Benito Jerónimo Feijoo, se hizo eco en su obra “Teatro Crítico Universal”, de la festividad del toro de san Marcos en Almendralejo,

[Suceso] arribado pocos años há en la Villa de Almendralejo, sita entre Merida y Xeréz, donde yendo ya en la Procesión, se alteró súbitamente el Toro, acometió á las andas en que iba la imagen de S. Marcos, las echó á tierra; y rompiendo por medio de la gente, aunque sin hacer daño á nadie, se escapó. [...] En el Lugar del Almendralejo sucedió aquel desmán la primera vez, que por imitar a otros Lugares, se animaron á hacer la fiesta del Toro. Es de creer, que como novicios, no estaban bien instruidos en el manejo, ni el Toro, ó Buey, lo estaría. [Benito Jerónimo Feijoo: Teatro Crítico Universal o Discursos varios en todo género de materias, para desengaño de errores comunes. Tomo VIL Discurso VIII. El Toro de San Marcos. 1736].

SIGLO XIX: La guerra de la Independencia terminaría por provocar su ruina a principios del siglo XIX, existiendo una tradición que recoge cómo, en recuerdo de alguna victoria de las tropas españolas en el cerro de san Marcos, surgió la idea de reconstruirla y seguir visitando estos parajes en la festividad del Santo. No obstante, carecemos de noticias sobre la Ermita o la fiesta en aquel siglo tan convulso en acontecimientos. Solo en el último cuarto de aquella centuria, la existencia de prensa local nos depararía la primera noticia periodística sobre la romería del Santo, en 1879:

A cada santo llega su hora. El 25 se celebró la fiesta de San Marcos como es de costumbre en esta población, concurriendo un numeroso público al sitio de las Huertas de Harnina, donde las familias se entregaron a los goces propios de toda romería, concluyendo sin tener que lamentar desgracias. [Revista de Almendralejo, 27 de abril de 1879.]

A esta escueta noticia seguirían otras en los años siguientes, igual de breves, así en la propia Revista de Almendralejo (30 de abril de 1882), o en La Hormiga (1 de mayo de 1892), entre otras.

SIGLO XX: Del año 1909, pese a la poca animación que por entonces había a esta tradicional romería, que había sido sustituida en importancia por la de san Blas, conocemos la composición poética de autor, más antigua publicada y dedicada a san Marcos. Se debe a Cipriano Montero de Espinosa que deleitaba a sus lectores de La Voz de los Barros [Almendralejo, 2 de mayo de 1909], con estas coplas:

El veinticinco de abril
celebró su día San Marcos
y también, naturalmente,
celebrarían sus tocayos.
Sin tener una campana
San Marcos en su “cabezo”
reúne allí más devotos
que la campana en los templos.
Se ven el día de San Marcos
más meriendas en el suelo
que peces hay en el mar
y que estrellas en el cielo.
Adiós, San Marcos bendito
y celoso Evangelista,
disfrutes muchos años
con meriendas en Harnina.

Pero sin Ermita, sin Hermandad que encauzara las actividades religiosas propias de toda romería, aquella festividad quedaba incompleta. Y así, el día de San Marcos fue discurriendo, unas veces con luces y otras con sombras, hasta mediados del siglo XX. Lógicamente, son muchos los testimonios que tenemos de la segunda mitad del siglo, que desbordarían los límites de este breve recordatorio; pero, si tuviéramos que personificar en alguien esa inicial y persistente preocupación, estaríamos de acuerdo en citar al tantas veces recordado Juan Blasco Barquero [“La romería de San Marcos”, HOY, 29 de abril de 1955], que pronto conectó con nuestro Cura Jesús [Entrevista a don Jesús Núñez Mancera, HOY, 8 de abril de 1958], en la idea de erigir una ermita a San Marcos y una Hermandad que organizara los actos de la romería. En 1965 se organizó por la Juventud Masculina de Acción Católica, bajo la inspiración de Blasco, una romería “casi completa”, porque seguía faltando la Ermita y la Hermandad, pero hubo organización, cultos religiosos en honor de San Marcos, con Triduo, procesión con la imagen del Santo, Misa de campaña y bendición de los campos. Participaron carrozas adornadas artísticamente y parejas de caballistas. La víspera de la romería el cielo se encapotó, pero después las nubes se disiparon y el sol lució en toda la jomada. Nuevo revés, con la muerte de Juan Blasco aquel mismo año; el presidente del Centro de Iniciativas Turísticas, Antonio Díaz Rodríguez, será el continuador de su obra. En los años setenta se constituyó una Comisión Organizadora de la Hermandad de San Marcos, presidida por Francisco Muñoz Peral, que trabajó con entusiasmo pero las circunstancias le impidieron llevar a cabo sus proyectos. Tras unos años de desánimo, volvió a surgir un gran interés en los años ochenta, formándose una nueva Comisión, en 1987, con José González Hortigón como presidente, que definitivamente con el trabajo de mucha gente, la generosidad de muchas personas y el entusiasmo de muchas asociaciones, sería la encargada de conseguir la Ermita y la Hermandad.
Las obras de la Ermita comenzaron el 1 de mayo de 1989, abriendo, Blas Sánchez y Blas Tello, a pico y pala, los pozos de cimentación; y fue inaugurada y bendecida por el Obispo de la Diócesis, Antonio Montero Moreno, en una celebración muy emotiva, dentro de lo que fue la histórica romería del 25 de abril de 1993 [Antonio Díaz Rodríguez: “San Marcos 1993: Una romería histórica”, Revista de Ferias de la Piedad y XXI Fiesta de la Vendimia, Almendralejo, 1993, pp. 69, 71]. El expediente para la nueva constitución de la Hermandad tuvo que esperar algo más, y sus Estatutos serían aprobados canónicamente el 20 de marzo de 2000, nombrándose a José González Hortigón, Hermano Mayor.

SIGLO XXI: La labor del primer Hermano Mayor ha sido continuada por sus sucesores en el cargo, Silvestre Gómez Zafra (2005-2006), José Alberto Pérez Álvarez (2006-2016), Víctor Bautista González (2016-2017), fallecido el pasado mes de agosto; y Catalina Pérez Preciado, actual Hermana Mayor. En estas personas condensamos una larga lista de colaboradores, que siempre quedaría incompleta porque en el silencio también se trabaja, y que sólo el Santo podrá recompensar.
El tiempo del siglo XXI ha sido intenso, con sus gozos y tristezas, como en todo tiempo, como siempre; por una parte, el fallecimiento de dos hermanos mayores, José González y Víctor Bautista, y del Hermano Mayor Honorario y Capellán, Jesús Núñez Mancera, el buen cura Jesús, que con otros muchos hermanos ya participan del día de san Marcos desde el cielo. Por otra, recordemos algunos gozos: la consolidación de la fiesta, la construcción de la escalinata, la ampliación y mejora del terreno para la celebración de la romería, la institución del pregonero [Puede ampliarse esta pequeña historia, con los Cuadernos de la Asociación Histórica de Almendralejo: n° 4 (2010): La festividad de san Marcos y su imagen restaurada, y n° 36 (2017): Pregones de san Marcos (II); además de mi librito de 1993: San Marcos y su Ermita en Almendralejo, con prólogo de don Jesús] y la restauración de la imagen de san Marcos, la confección del Escudo de la Hermandad, la instalación del mural de azulejos, que cuenta la historia de san Marcos en Almendralejo, en la fachada de la Ermita, elaborado por Cerámica Artística Barcarrota S. L., inaugurado en abril de 2005, como también la escultura de don Jesús, realizada por Sergi Ramírez Pérez, que lo representa en actitud de caminar con los atributos del pañuelo, la vara y la medalla del Santo, y que lleva una inscripción con la cita de Jn, 14,6 (”Yo soy el Camino”) y una glosa que sugerí al hermano mayor: “Con tu caminar nos enseñaste a hacer nuestro camino.- Gracias Don Jesús”.