En el Libro de Memorias de José Velasco García (1809-1854) se nos dice que en 1819 se celebró "la feria primera de la Piedad" (véase, Francisco Zarandieta Arenas y Tobías Medina Cledón: La Virgen de la Piedad y Almendralejo. Cinco siglos de una convivencia amorosa, Almendralejo, Santuario de Nuestra Señora de la Piedad, 2008, p. 124), por lo que en 2018 celebraremos el segundo centenario de este acontecimiento. Para conmemorarlo, recordaremos, entre otros textos, los artículos firmados por este cronista en las revistas de feria en los últimos treinta y siete años.

IV. Francisco Zarandieta Arenas: "Los cangueros", Ferias de la Piedad y XXI Fiestas de la Vendimia, Almendralejo, 1993.

Los cangueros 1993Año de 1793. Hace doscientos años. En la Iglesia Parroquial de la Purificación tienen lugar los esponsales de quienes muy bien podrían llamarse Juan Alonso y María González, ambos de familias naturales de Almendralejo desde tantas generaciones que no lo recuerdan.

Celebrarán tres días de bodas y los tres habrán de visitar la Ermita de Nuestra Señora de la Piedad, acompañados de los mozos y las mozas en grupo, cantando y tocando instrumentos. Es tal la costumbre que si no lo hicieran les parecería que no estaban casados. Luego, como dice el refrán que “Santa María la más lejos es la más devota”, si pueden, han prometido, dentro del año, visitar a Nuestra Señora de Guadalupe y si no se atrevieran a tanto, irán a Nuestra Señora de las Nieves, que se venera en Zarza de Alange.
El padre de Juan no le ha podido dar al casarse ni caudal ni finca; sólo una arada, y le ha dicho: “Hijo, ya tienes obligaciones y una familia que mantener. Con esa arada lo has de hacer, como lo hizo tu padre que con ella te ha criado”.
Pero Juan no se preocupa demasiado. Los tiempos han mejorado. Aquellas necesidades que ha oído contar a su abuelo, y que éste, a su vez, oyera del suyo, que hablaban de malos temporales o de plagas de langostas, ya se ven de otra manera. Siguen los perpetuos peligros de los campos, pero ahora se afrontan con otras perspectivas, con más optimismo.
Recuerda que en su niñez su padre le llevaba a dar alguna labor sencilla a los melonares, que constituyeron un gran recurso para los campesinos de aquellos tiempos, de tal manera que se oía frecuentemente el dicho de que los jornaleros de Almendralejo tenían cinco cosas: una viñita, un melonarcito, un burrito, un perrito y un hijo cada año.
Lo primero que hará Juan será tomar a censo una fanega de terreno y comenzar a prepararla, aprovechando en ella los días que esté sin jornal y las mañanas de los festivos. Adelantándose a los otros compañeros, procurará contratar en la Plaza el jornal con un labrador que tenga su heredad inmediata a la suya y, entonces, madrugará más aprovechando el tiempo que pueda en lo suyo hasta la hora propia para entrar en el trabajo ajeno; y, así, en tres años puede tener plantada de viñas y olivos casi toda la fanega.
Además, si en la siega puede ahorrar algún dinero lo invertirá en llevar jornaleros que le ayuden. Está ilusionado. Las plantaciones han dado impulso a la población. Hace poco tiempo que en el término de la villa no se encontraba ni una viña, pues todo se dedicaba a granos. Pero en 1787, para poder pagar unas contribuciones extraordinarias, consiguieron Facultad Real para dar a censo a los vecinos 234.25 fanegas de la dehesa del Escobar.
El censo es perpetuo e irredimible, conservando la villa el dominio directo, mientras que los vecinos, a quienes se les adjudicaba, se comprometen a plantarlas de viñas y olivares en el plazo de diez años; sin poder ceder o traspasar sus porciones si no están totalmente plantadas. Además del plantío del Escobar,Juan puede tomar su fanega en el de Andana, terreno también pobre para cereales, pues dice el refrán, “el que siembra en Andana, ni pierde ni gana”. Este viñedo llega hasta la calzada romana, que separa dos tipos de suelos, lo “barros”, donde se da el cereal, nuestro orgullo, dice Juan, pues abastecemos, a veces, a toda Castilla, gracias al almacenamiento de granos en los silos; y los “caleños”, tierra pobre para el cereal, pero que ha resultado buena para los plantíos.
Juan Alonso ha pensado preparar la tierra de su fanega con todo esmero, dándole primero una cava profunda con azadón, lo que llamamos “dar suelo”, de media vara de profundidad, y le extraerá todas las raíces y maleza. Después, hará la plantación de vid y olivo por codal a un tiempo, y cada año les dará dos cavas de azada y, cuando ya el fruto esté a la vista, le hará otra labor, la que llaman “dar polvo”, es decir, remover en seco la superficie de la tierra con rodos de mano, porque, dicen los mayores, que eso contribuye a que engorde y se sazone más la uva.
Luego, con la venta del fruto se construirá una casa o se comprará dos caballerías; tomará, además, otra fanega y a los tres años podrá comprar lo que ahora no haga, caballería o casa, y quedará convertido en un canguero, que es como en Almendralejo se llama a los modestos propietarios que trabajan sus propias tierras.

En el Libro de Memorias de José Velasco García (1809-1854) se nos dice que en 1819 se celebró "la feria primera de la Piedad" (véase, Francisco Zarandieta Arenas y Tobías Medina Cledón: La Virgen de la Piedad y Almendralejo. Cinco siglos de una convivencia amorosa, Almendralejo, Santuario de Nuestra Señora de la Piedad, 2008, p. 124), por lo que en 2018 celebraremos el segundo centenario de este acontecimiento. Para conmemorarlo, recordaremos, entre otros textos, los artículos firmados por este cronista en las revistas de feria en los últimos treinta y siete años.

III. Francisco Zarandieta Arenas: "Los cinco centenarios del Descubrimiento", Ferias de la Piedad y XX Fiestas de la Vendimia, Almendralejo, 1991.

Almendralejo 1492

Año 1492

Cuando las naves de Colón avistaban las tierras del Nuevo Mundo, la villa de Almendralejo se componía de unos 1.600 habitantes que se agolpaban en calles irregulares a uno y otro lado del eje que formaba la calle de Mérida con la de los Mártires, a través de la calle Real. El comendador de la villa era don Fernando Bazán, pero en ella sólo vivía su administrador para recoger los diezmos que les pertenecían a él y a la Orden de Santiago, de la que formaba parte Almendralejo. Un grupo de “cristianos nuevos", judíos convertidos al Cristianismo, vigilados y adoctrinados por los clérigos, vivían en la Judería, zona apartada del tránsito diario que daba a unos barrancos donde se situaba una silera.

Año 1592

La villa ha crecido y su población se ha duplicado durante el siglo. La riqueza de sus tierras y la laboriosidad de sus vecinos la han convertido en una de las más importantes de la Provincia de León dela Orden santiaguista. Desde 1536 exhibe el privilegio de villazgo otorgado por Carlos I, aunque también ha sido moneda de cambio en los negocios de la Monarquía para hacer frente a una Hacienda en bancarrota. Muchos de sus hijos han emigrado a las Indias (tenemos contabilizados cerca de doscientos) y la viuda del capitán Francisco Ortiz de Parada, que hizo su fortuna en aquellas tierras, había fundado en Almendralejo el Convento de la Concepción a mediados de siglo. Una de las catorce monjas que lo habitan en 1592 es Juana Baptista, hija de otro indiano almendralejense, el único que hasta el momento tiene dedicada una calle en esta ciudad: Gonzalo Hernández (o Fernández), citada por Alonso de Ercilla en su obra “La Araucana “, cuando narra la llegada de catorce españoles de refuerzo para Valdivia. Han caído en una emboscada, produciéndose cierta desmoralización, por lo que Gonzalo pretende levantarles el ánimo:

Hallí habló un español desfigurado
que por tu onor no diré qual dellos hera
viéndose con tan poca jente a el lado
dijo, o si nuestro escuadrón de ziento fuera;
mas el buen Gonzalo Fernández animado
mirando a el viso dijo, a Dios pluguiera
fuéramos sólo doze y dos faltaran
que los doze de la fama nos llamaran.

Año 1692

Almendralejo no se ha recuperado de la desastrosa guerra con Portugal de mediados de siglo y, aunque ha salido de la dependencia de la Orden de Santiago y es ahora villa realenga, desde el año 1665, los efectos de la contienda se dejan sentir en ella: no puede hacer frente a sus compromisos tributarios con la Corona y en sus vecinos se aprecia un cansancio y una desgana vital como la del propio siglo de la decadencia que agoniza. Si antes de comenzar esa guerra tenía unos 4.000 habitantes y 1.400 yuntas de bueyes, en 1692 habían quedado reducidos a menos de 2.000 habitantes y a 400 yuntas, con calles enteras asoladas y muchas casas caídas y abandonadas.

Año 1792

Costó mucho esfuerzo remontar otra vez la curva de la prosperidad, pero los campos de barros recibieron en los albores de este III Centenario del Descubrimiento nuevos cultivos, que vinieron a potenciar a los cereales y a los ganados lanares: se trata de las plantaciones de viñedo que empiezan a generar riqueza, a aumentar la población, que ya llega a los 4.500 habitantes, y a engrandecer la villa con nuevas calles. Trabajan casi todos en las labores agrarias, si bien tienen solicitado que para dar ocupación a los jornaleros “en las épocas de lluvias “, bueno sería instalar alguna fábrica de lana basta, fruto que produce el pueblo y sirve para surtir a las labores del campo de jergas, costales y demás utensilios.

Año 1892

Almendralejo, ciudad desde 1851, ha duplicado, de nuevo, su población respecto a la del siglo anterior, alcanzando ya los 9.000 habitantes, que se disponen a celebrar el IV Centenario del Descubrimiento con una serie de actos de entidad regional que tendrían lugar en Badajoz. Era la primera vez que se conmemoraba este importante acontecimiento histórico y en la Exposición Regional Extremeña que se instaló en la Diputación Provincial de Badajoz del 3 de agosto al 20 de septiembre concurrieron 45 expositores de Almendralejo, la cifra más alta de toda la región, si exceptuamos a la ciudad de Badajoz, buena prueba del interés suscitado en nuestra ciudad y del auge económico de la misma. Algunos expositores, como el farmacéutico don Antonio Velasco Rodríguez, acompañó un folleto explicativo de las especialidades que presentaba, en cuyo prólogo indicaba: “Las Exposiciones son el fiel reflejo de la inteligencia del hombre, verdaderos resúmenes de su progreso”. En aquel mismo año, el poeta local Rogelio Triviño publicaba su obra “Plumazos” y los Padres del Corazón de María estaban recién llegados a Almendralejo, con las obras de su Casa y Templo a punto de terminar.

Año 1992

En el V Centenario ya somos 25.000 habitantes, actores, que no espectadores, de nuestras propias luces y sombras, que serán para la historia lo que nosotros hagamos con ellas.

En el Libro de Memorias de José Velasco García (1809-1854) se nos dice que en 1819 se celebró "la feria primera de la Piedad" (véase, Francisco Zarandieta Arenas y Tobías Medina Cledón: La Virgen de la Piedad y Almendralejo. Cinco siglos de una convivencia amorosa, Almendralejo, Santuario de Nuestra Señora de la Piedad, 2008, p. 124), por lo que en 2018 celebraremos el segundo centenario de este acontecimiento. Para conmemorarlo, recordaremos, entre otros textos, los artículos firmados por este cronista en las revistas de feria en los últimos treinta y siete años.

VI. Francisco Zarandieta Arenas: "Luis Chamizo y Almendralejo", Ferias de la Piedad y XXIII Fiestas de la Vendimia, Almendralejo, 1995.

luischamizoEl pasado noviembre se cumplieron los cien años del nacimiento del poeta de Guareña, Luis Chamizo Trigueros. Desde estas páginas nos sumamos complacidos a ese merecido tributo que se le ha estado rindiendo con motivo de la efemérides a aquel poeta culto que usaba el habla de su pueblo para cantar las historias de la gente sin historia. Y es que además, y como no podía ser menos, Luis Chamizo tuvo bastante relación con Almendralejo y los almendralejenses de su época.

Luis Chamizo, después de cursar estudios de Perito mercantil en Sevilla y de Derecho en Madrid, regresó a su ciudad natal hacia el año 1918 donde su padre era tinajero y fabricante de vinos y vinagres. El propio poeta creó en abril de 1918 una sociedad mercantil con dos vecinos de Madrigueras (Albacete) para la destilación y compraventa de vinos (la firma “Piñero, Chamizo y Moral, S. R. C.”). Ofrezco este dato porque no lo he visto nunca recogido en sus biografías; pero vayamos ya a su relación con nuestra ciudad.
En julio de 1919, la Congregación de los Luises de Almendralejo convocó unos Juegos Florales, a los que acudió Luis Chamizo con el poema “Consejos del tío Perico”. Señala su biógrafo, el profesor Viudas Camarasa, que tenía la firme ilusión de obtener la flor natural, pero todo quedó en un modesto accésit.
Tal vez, muchos vecinos almendralejenses escucharan por primera vez el término “castúo” en su poema, pues, como es conocido, esta composición fue incluida, dos años más tarde, en su obra “El miajón de los castúos” y en ella el tío Perico aconseja a Encarnación, guapa, más que toas las del pueblo, sobre su noviazgo, recomendándole que busque a alguien unido al campo extremeño, que quiera la tierra hasta hacerla de su propia esencia:

Son asina los cachorros de la raza
de castúos labraores extremeños,
que, inorantes de las cencias d'hoy en día,
cavilando tras las yuntas, descurrieron
que los campos de su Patria
y la madre de sus hijos, son lo mesmo.

Aquel mismo año, en agosto, en otro estilo poético muy diferente, en la órbita del modernismo y con reminiscencias de la “Marcha triunfal” de Rubén Darío, compone su poema “Mis polichinelas”, que dedica a José Gutiérrez Silva, II Conde de Osilo. Es un sentido poema en el que, en términos regeneracionistas, vuelve a mostrar su predilección por los trabajadores de la tierra amada al señalarlos redentores del conflicto extremeño. Su última estrofa le sirve de dedicatoria:

Señor: Estos muñecos que en vuestras manos dejo
son los polichinelas que ha forjado mi amor.
Mostradlos a los hombres niños de Almendralejo.
Vos moveréis las cuerdas. Permitidme un consejo:
Que agiten bien los brazos, y que recen, señor.

Sus relaciones comerciales en el mundo del vino le llevan a trabar amistad con una familia de Guadalcanal y allí se casa con la hija de la casa, en febrero de 1922. Todo parece indicar que la poesía titulada “Mi virgencita”, fechada en dicho año y que aparece en su libro “Poesías castellanas”, está dedicada a su mujer.
Lo que no sé si se conoce es que esta poesía se publicó como una colaboración del poeta en el periódico de Almendralejo “El Defensor de los Barros”, en su número 34, del día 14 de enero de 1922. De un marcado acento autobiográfico nos recuerda su deambular por caminos y ciudades, siempre peregrino en busca del amor:

Siempre el amor me iba diciendo:
sigue adelante, peregrino,
porque hallarás al fin la virgen
que ha de ser madre de tus hijos.

En Sevilla pasa algunos días, en vísperas de su boda. Se reúne con unos amigos y, a veces, terminan la jornada en un Café Concierto. Una noche ven actuar a una joven promesa del cante y del baile llamada Trini Ramos, que luego triunfaría en los escenarios parisinos y londinenses, y, sobre todo, en Nueva York. Luis Chamizo le compone en ese momento un poema titulado “Sangre gitana”.
En marzo de 1923 el poeta pasó unas horas en Almendralejo y asistió a la tertulia que todas las noches mantenían con Guillermo García Romero de Tejada, director de “El Defensor de los Barros”, sus colaboradores y amigos.
Allí conoció a Rafael Franco Rastrollo, entonces Director de la Banda de Música de “El Obrero Extremeño” y notable compositor, natural de Badajoz, que había sido profesor en la Banda Municipal de Madrid y a lo largo de su vida estuvo al frente de importantes bandas y compuso varias zarzuelas y numerosas partituras. Rafael Franco reorganizó la Banda de “El Obrero” en el corto periodo que la dirigió, de mayo de 1922 a octubre de 1923, ya que tuvo que dimitir por el traslado profesional de su señora que era maestra.
Luis Chamizo entregó al maestro Franco dos poemas suyos para que éste le pusiera música. Uno, el citado “Sangre gitana”; el otro, titulado “Canción de las sirenas”. Desgraciadamente, no se han conservado, que sepamos, ni letra ni música. La primera composición, al decir de los redactores del periódico, era un conjunto de estrofas llenas de alegría y colorido; y la segunda, un modelo perfectísimo de esas sentidas y lindas canciones napolitanas que tanto llegan al alma. Lo que sí nos consta, por noticia aparecida en el ejemplar del 18 de junio de aquel año de “El Defensor de los Barros”, es que el músico cumplió el encargo del poeta, al menos en lo que respecta a “Sangre gitana”, que fue estrenada en el teatro “Carolina Coronado” por la cancionista María Gamito.
En aquella misma ocasión de la tertulia en Almendralejo, Luis Chamizo compuso, según cuenta el semanario local, ante sus compañeros de Redacción el poema que lleva por título “Fecundidad”, que se reprodujo en el número del 5 de marzo. Este poema, que en las últimas “Obras Completas”, editadas por el profesor Viudas, no lleva fecha y se considera anterior a 1918, debe datarse en 1923, según aparece citado en el semanario almendralejense. Es un canto de amor a la Naturaleza de donde brota la vida:

El jardín parece dormido, parece
nido abandonado, paraíso perdido.
¿Quién perfuma el lecho de la castidad?
Y el eco nos dice: la Fecundidad.

Luis Chamizo cultivó la amistad de los extremeños residentes en Sevilla, desde su nueva residencia de Guadalcanal. En la Exposición Ibero Americana de 1929 conoció, entre otros, al almendralejense Pedro Navia Campos. En 1930 se estrenó en el teatro Cervantes de la capital hispalense su obra teatral “Las brujas”, tal vez su mayor éxito como poeta y dramaturgo; y en los preparativos del estreno estuvo colaborando también el escultor Pedro Navia.
Almendralejo le tiene dedicada una calle al poeta de Guareña. La antigua Callejita de las Lanchas, a la que, curiosamente, dedicó una de sus composiciones nuestro poeta Antonio Chacón Cuesta, que también utilizaba el castúo en sus poemas:

Eso qu'era yo mu chiquerrinino,
pero..., pero entavía m'acuerdo
de cuand'iba a la Escuela de los Padres
con mi primo Juanito José y con Frasco Pedro,
po la callejita de las Lanchas
pisando un gorpe en blanco y otro en negro...

El mundo es un pañuelo. Antonio Chacón casó con una sobrina nieta del Conde de Osilo, aquel a quien Luis Chamizo dedicara uno de sus poemas en 1919.

“La hipótesis Saint Germain”, una obra de corte fantástico, del novelista Manuel Moyano Ortega se alzó con el XVII Premio de Novela “Carolina Coronado”, cuyo fallo tuvo lugar en una Velada Literaria celebrada el 2 de junio de 2017, en el Teatro Carolina Coronado, de Almendralejo.
El ganador obtiene así un premio de 8.000 euros y la publicación de la obra por la editorial Algaida. El argumento de la novela se centra en un personaje real del siglo XVIII y en su supuesta inmortalidad.
Presentó el acto Concha Rodríguez que ilustró su brillante intervención con poemas de Espronceda, Carolina Coronado, Bécquer y Gabriela Mistral, magníficamente acompañada por María Amparo Giner a la flauta y María Dolores Ortega al piano.

Lorite 2017 06 02wOtro triunfador de la noche fue el almendralejense José María Lorite Trinidad, que recibió el V Premio “Almendralejo, Ciudad del Cava”. En su intervención, que recogemos en la ilustración, revivió uno de sus poemas, “Grito de la distancia”, que fue premiado en el Certamen Poético de las Ferias de la Piedad y XII Fiesta de la Vendimia, en 1984; y transcrita en su libro “Las palabras del aire” (Madrid, Asociación Cultural Beturia, 1988, pp. 53-54); de donde la tomamos para que se compruebe que, escrita hace más de treinta años, conserva el sentimiento y la frescura de un clásico, como lo demostró en su recitación íntima, agradeciendo su nombramiento como Embajador del Cava.

 

Grito en la distancia 01w

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Medalla Amas de Casa w

Alcalde, Presidenta de la Asociación, Concejala de Igualdad (Fot: Ayuntamiento)

En el acto institucional del Día de la Constitución 2021, en el Teatro Carolina Coronado, se otorgó la Medalla de Almendralejo a la Asociación de Amas de Casa “Nuestra Señora de la Piedad”, de Almendralejo, que había sido aprobada por unanimidad en el Pleno del mes de noviembre. Hizo la entrega el alcalde de la Ciudad, don José María Ramírez Morán, acompañado por la concejala de Igualdad, doña María Macarena Domínguez Carrillo, y la recibió doña Antonia Calvo Morán, presidenta de dicha Asociación. En el expediente que se formó al efecto se encargó al cronista que suscribe la elaboración de un informe sobre los méritos que justificaran la referida concesión, que, con nuestra felicitación, se transcriben seguidamente:

Los orígenes de la Asociación de Amas de Casa “Nuestra Señora de la Piedad”, de Almendralejo se encuentran en las clases impartidas, en el año 1980, por la Agencia de Extensión Agraria a mujeres de la ciudad. Animadas por la agente de la misma, doña Encarna Isidoro Fernández, se decidieron a dar los primeros pasos para constituir una Asociación que reuniera a las amas de casa, para trabajar unidas por los asuntos familiares que les preocupaban, como la educación de los hijos, el consumo, la sanidad, la educación de los hijos, la economía del hogar y su propia formación personal; y vincular estas inquietudes, con un carácter siempre reivindicativo, para lograr mejoras en su entorno más inmediato y en la comunidad ciudadana. Los Estatutos fundacionales llevan la fecha del 12 de noviembre de 1981; desde entonces, se han adaptado en varias ocasiones, pero siempre con el mismo espíritu inicial que ha perdurado, acomodándose al correr de los tiempos, durante 40 años sin interrumpir sus actividades, y cumpliendo siempre satisfactoriamente los objetivos que se propusieron, en apoyo a la mujer, en favor de las amas de casa y en ayuda a Almendralejo.

Estos cuarenta años de existencia la Asociación de Amas de Casa "Nuestra Señora de la Piedad" ha peregrinado por cuatro locales de la ciudad, donde se han gestado las iniciativas y realizaciones que han propiciado en este período, ya largo de cuatro décadas; ya corto si miramos la fugacidad de los tiempos; pero, extenso, por las experiencias recibidas y proyectadas a la sociedad: vividas, en definitiva. Comenzaron a reunirse en el lugar de su fundación, el local de la Agencia de Extensión Agraria de la calle Mártires (1981-1986). Después se marcharon a la carretera de Sevilla, al antiguo Hospital (1986-1989). Cuando se produjo la permuta de este edificio por la Plaza de Toros, la Asociación se instaló en una de sus dependencias (1989), hasta que se efectuó el traslado a la sede al lugar que en otros tiempos fuera también Hospital (1990-actual). Finalmente, desde 2004, se agrandó el local con la vivienda adjunta, que había estado ocupada por la Sociedad de Cazadores y Pescadores “José de Espronceda”.

La Asociación siempre ha tenido como uno de sus principales objetivos el asegurar, desde el punto de vista moral, la defensa de los intereses generales del ama de casa, especialmente los de tipo familiar; procurando, por todos los medios posibles, la formación humana y profesional de la mujer. A tal fin, ha organizado continuamente ciclos de conferencias, cursos de formación, charlas y tertulias sobre temas de actualidad, invitando a multitud de ponentes, buscando siempre personas relevantes en cada uno de los campos que trataran. Si en un principio, una de las necesidades era la alfabetización de muchas amas de casa, pues este era el curso que había que promocionar; en tiempos recientes, la preocupación por conocer algún idioma extranjero, próximo, como el portugués, llevaría a promover un curso sobre este tema. Son ejemplos, extremos, de cómo se han ido adecuando a las necesidades y a la evolución del nivel de vida en estos cuarenta años. La pandemia les obligó a comunicarse por videoconferencia y a aprender nuevas tecnologías, y han celebrado sus cuarenta años con una peregrinación a Santiago de Compostela.

La lista de actividades encaminadas a la formación general, y también específica, del ama de casa sería interminable y de lo más variada. La mejora de los servicios sanitarios en nuestra ciudad fue un objetivo prioritario desde el primer momento, reivindicando, ya desde 1982, consulta de oftalmología, rayos X, análisis…; visitando el Hospital del Pilar y haciendo gestiones con las autoridades sanitarias y otros colectivos para conseguir los mejores y más amplios servicios de sanidad y medicina en nuestra ciudad; ofreciendo a sus asociadas formación sobre medicina preventiva, el peligro de las drogas, la práctica de primeros auxilios, los problemas de la bulimia y la anorexia…

Otro aspecto importante ha sido durante toda esta etapa la preocupación por los temas de consumo y medio ambiente, programando actividades sobre el consumo en el hogar, economía familiar; la nueva moneda del euro y la subida de los precios, publicidad engañosa, nutrición saludable, educación cívica para un Almendralejo limpio; la contaminación, problema sanitario; o urbanismo sostenible con el medio ambiente, entre otros.
La vida y conciliación familiar están, por supuesto, en el ánimo de todos los actos de la Asociación, sea la situación jurídica de la mujer, la planificación familiar, el drama del acoso y el maltrato en el ámbito familiar, las relaciones familiares, el fracaso escolar, la etapa de la adolescencia, la mujer y la política…

Muchas actividades estuvieron encaminadas a ofrecer tareas que pudieran llenar el tiempo libre de las amas de casa de manera agradable, tales como jardinería, decoración, gimnasia, corte y confección, pintura, trabajos manuales, punto de cruz, fomento de la lectura, celebrando periódicamente un taller de lectura y, cada 23 de abril, realizando una lectura ciudadana del Quijote; certámenes literarios, vida saludable, abuelos activos, senderismo o viajes en los que no solo refuerzan la convivencia con actos culturales y de ocio, sino que se visitan algunas instalaciones de industrias alimentarias, entre otras, para mejorar sus conocimientos sobre consumo familiar, o se participa en encuentros con otras asociaciones de mujeres.

Ha sido patente su preocupación por los problemas de la ciudad y de su historia, con su asistencia a plenos de interés; recogiendo firmas para que las Mercedarias continuaran en el Hospital-Asilo Nuestra Señora de la Piedad; promoviendo mejoras en el Consejo de Participación Ciudadana y en el Consejo Local de la Mujer, en la que han ostentado cargos directivos, para potenciar el papel del ama de casa en la sociedad; conferencias sobre biografías de almendralejenses, la problemática de la vivienda social o la defensa del patrimonio. Una gran importancia tuvo la realización del proyecto “Conocer Almendralejo”, que se llevó a cabo durante 32 días entre octubre de 1993 y junio de 1994, recorriendo las nueve barriadas de la Ciudad, para conocerlas y saber de primera mano sus necesidades sociales, culturales…, y exponerlas a la Corporación Municipal para reivindicar las mejoras que les parecieron necesarias. Todo este estudio se encuentra, igualmente, en la Revista que la Asociación publicó para celebrar su decimoquinto aniversario.

También, su cooperación al buen funcionamiento de las instituciones públicas y de las asociaciones privadas de Almendralejo, para el mantenimiento de las tradiciones, la organización de actividades y la defensa del patrimonio cultural. Todas las entidades que han solicitado la colaboración de la Asociación de Amas de Casa la han encontrado desinteresadamente y con gran eficacia. Podríamos citar al “Obrero Extremeño”, en su 90 aniversario; a las Jornadas de Viticultura y Enología, a los Juegos Deportivos Extremeños Judex, al Rastrillo Nuevo Futuro, a la institución Aprosuba / Includes, a las Fiestas de la Virgen de la Piedad, en el Día de la mujer trabajadora y en el Día Internacional de la Mujer, o en los Encuentros y Rutas Literarias del Romanticismo.

Y de la misma manera, su implicación en que se mantengan y potencien las tradiciones locales, como las fiestas de las Candelas, el concurso de Cocina de Cuaresma, donde rescatan los platos tradicionales de esta época del año y poniendo de manifiesto un rico legado gastronómico con una gran imaginación para interpretar los ritos de la Cuaresma en el mundo cristiano; las Cruces de Mayo, con la composición de una de ellas, que despiden a finales de dicho mes con el rezo del Santo rosario y la degustación de unas sabrosas papas de harina, abiertas a toda la ciudadanía, lo mismo que las migas que ofrecen en la Plaza de la Iglesia, la mañana de cada 24 de diciembre; su gran contribución en la construcción de la ermita de san Marcos y en la celebración festiva del día del Santo, para la que bordaron un precioso estandarte. Sus aportaciones a la solemnidad de la Coronación de la Virgen de la Piedad, y la donación a la Imagen de la Patrona de un manto y un traje confeccionado por la Asociación, así como de un Estandarte bordado en seda y oro; en cuanto a la elaboración y regalo de otros objetos a Cofradías almendralejenses, señalamos una saya bordada para la Virgen de la Merced y un estandarte para la Hermandad de los Estudiantes.

Su solidaridad ante graves situaciones, prestando ayuda o material o moral, lo ejemplificamos en las campañas en nuestra localidad, ya citadas, y en otras de ámbito nacional, como la ayuda para los damnificados de Valencia, en 1982; o el Libro de firmas, en solidaridad con las víctimas del atentado en Madrid el 11 de marzo de 2004, entregados al alcalde don Alberto Ruiz Gallardón.

Destacamos, igualmente, la formación del grupo de teatro “Las atrevidas”, que tantas buenas representaciones teatrales nos han proporcionado en el Teatro Carolina Coronado, siempre lleno para verlas actuar; también, la organización del homenaje reciente a doña Carmen Copín Berrocal.
Han sido numerosas las entrevistas en prensa y radio, incluso, la emisión de un programa específico en Radio Comarca de Barros para crear un ambiente general de interés por los problemas del ama de casa, participando también en debates y publicando sendas revistas, en 1991 y 1996, con motivo de los diez y quince años, respectivamente, de actividad de la Asociación; así como un libro, escrito por don Luis Maestre Álvarez, que recoge las 25 primeros años de la misma.

Destacamos, finalmente, la obtención del premio “Ciudad de la Cordialidad” (Memorial Julio Luengo) otorgado por el CIT en 2001, y personificamos la labor de todas las directivas que han llevado a cabo esta excelente labor en las dos presidentas que ha tenido la Asociación desde sus comienzos, doña Dolores Guerrero Corredera (1981-1984) y doña Antonia Calvo Morán (1984-actual).

Una asociación que cumple durante cuarenta años sus benéficos objetivos es una asociación digna de valorar y de contar con el aprecio de todos los almendralejenses.