II PREGÓN DE SAN MARCOS

II Francisco Zarandieta

Francisco Zarandieta Arenas (2009)

Agradecimiento a la Junta de Gobierno de nuestra Hermandad de San Marcos por el honor que me ha hecho y la responsabilidad que en mí ha depositado al elegirme para pregonero de la Romería de este año.
Gratitud al presentador que en aras de la cortesía ha realzado una vida sencilla de trabajo, que, como siempre he recordado, carece de grandes momentos salvo los familiares.
Mi recuerdo entrañable a José Ángel Calero Carretero, querido amigo y compañero de tantas cosas, que me precedió el pasado año con méritos sobrados en esta tribuna.
Y como estamos en la Ermita y el recuerdo de quien fue su alma nos acompaña siempre que pisamos estas milenarias rocas de San Marcos, mi evocación emocionada hacia el Cura Jesús, que, un año más, estará gozando en el cielo con estos días de hermandad y pidiendo, ¡cómo no!, por todos nosotros.
El pregonero quiere dedicar sus palabras de una manera especial a las personas y a los colectivos que, calladamente, durante todo el año trabajan para que, cuando se acercan estos días, todos podamos disfrutar de la romería. A los actuales, y a los que durante quinientos años han mantenido, de una manera u otra, la tradición en nuestra tierra.
En estos cinco siglos de historia, los pregoneros que pudieran haber tenido esta misión, habrían proclamado, sin duda, acontecimientos diferentes, aunque todos marcados por el amor al Santo. Hagamos un cruce de noticias con ellos y ya que anunciamos la de 2009, pidamos que los pregoneros del pasado nos correspondan con las suyas, desde su presente cargado de futuro. Porque no olvidemos que somos sus herederos, y ellos son nuestras raíces.
El viernes 19 de marzo de 1557 el pregonero convocó a los vecinos en los lugares acostumbrados para indicarles que había concluido la Visita que la Orden de Santiago había comenzado en la villa el anterior día 10. Sin duda, resumiría los principales acontecimientos y por lo que respecta a la Ermita de San Marcos pregonaría con alegría que ya se encontraba bien terminada, con las paredes altas, de piedra y mampuesto, y el techo de madera de pino y caña. Tenía dos arcos y la puerta abierta hacia el oriente. En la capilla había un poyo en uno de sus lados, el suelo estaba enladrillado y las paredes encaladas. Sobre una grada se encontraba el altar con el ara donde se celebraba la Misa y por encima había un paño pintado con la figura de San Marcos y también las de San Juan y San Mateo.
El camino había sido largo desde aquel lejano 1507 en que, con toda seguridad comenzó su edificación, el mismo año que también empezara a levantarse la primitiva Ermita de la Piedad. El pregonero recordó que el primer dato que conservan es de 1511, cuando el visitador anotó que se estaba haciendo una Ermita de San Marcos, “en el lugar que llaman Harnina, a media legua de la villa”. Entre sus cortos bienes ya tenía un toro “que dicen de San Marcos”, que se había arrendado a un vecino para las labores agrarias, a cambio de tres fanegas de trigo. Este ingreso, unido a las limosnas que recibiera, debía gastarlo en edificar la capilla, el mayordomo Diego López, que fue el primero que tuvo el Santo.
¿Quién fue San Marcos? Evangelista y misionero, compañero de San Pedro y de San Pablo, en aquel mundo apasionante de la primitiva cristiandad escribió su Buena Noticia para los cristianos convertidos del paganismo hacia el año 70 de nuestra Era. Uno de los libros más poéticos de la Biblia, el Apocalipsis, narra una visión de San Juan en que aparecen una serie de animales fantásticos, que la Tradición ha hecho coincidir con los cuatro evangelistas. A San Marcos le corresponde el león alado, que podemos ver a sus pies en la imagen que veneramos en la Ermita.
En uno de los contrafuertes del templo parroquial de la Purificación se encuentra un escudo que condensa buena parte de la historia de Almendralejo. Aparece el almendro, símbolo de la ciudad, entonces villa; el jarro con azucenas, en honor de la Virgen a quien estaba dedicado el Templo; y el león de San Marcos, atravesado con una espada de Santiago, además de dos conchas de peregrino, porque Almendralejo pertenecía a la Orden de Santiago, que había sido la fundadora de la villa, gobernada desde el Convento de San Marcos de León.
Por este motivo, la devoción de este Santo tuvo gran predicamento en el territorio de la Orden, y ya desde finales del siglo XIV se conocen varias ermitas y parroquias con la advocación de San Marcos. El Concejo tenía el patronazgo sobre ella y nombraba todos los años al mayordomo, al que periódicamente se le tomaba cuenta de su gestión. A aquel primer mayordomo sucedieron, anualmente, muchos otros, pero la documentación existente sólo nos ha conservado memoria de unos pocos. Quiero citarlos, y que sus nombres resuenen, tal vez por primera vez, en este paraje que nunca imaginaron: Alonso Vaquero, mayordomo en 1515; Diego Hernández, en 1549; Gómez Fernández, en 1550; Rodrigo Rangel, en 1556 y Alonso Ortiz, en 1557.
Avanzamos casi un siglo en nuestro recorrido histórico, y el pregonero de 1665 tiene la fortuna de publicar en voz alta noticias importantísimas para Almendralejo. La villa ha comprado para sí su propia jurisdicción y ya no depende de nadie más que de sí misma. Para ello han tenido que pagar una importante cantidad a la Hacienda Real y elaborar un costoso expediente, en el que figura, por vez primera, un croquis de su término municipal, firmado por el geómetra madrileño Antonio Martínez el 27 de agosto de aquel año, donde aparece dibujada la Ermita de San Marcos (tal como lo tenemos representado en el Mural que existe en el Porche de la entrada). Situada a la derecha del camino de Badajoz, ya contaba, al menos desde hacía medio siglo, con una imagen dorada de San Marcos, que sustituyera a la pintura primitiva. Y cuatro años después, el 1 de mayo de 1669 se aprobaría la Cofradía de San Marcos, de la que, desgraciadamente, sólo conocemos los nombres de los promotores, Juan Ortiz de Paz, Francisco González Barreñón, Francisco Hernández, Manuel Andrés, Sebastián García, Diego Hernández y Juan Guerrero. Perdonad la reiteración de los nombres, pero es nuestro particular homenaje a los pioneros que nos precedieron.
La desgraciada guerra contra Portugal de mediados del siglo XVII cortaría por mucho tiempo la próspera trayectoria de Almendralejo. Más de un siglo le costaría volver a los niveles de riqueza perdidos. También fue un tiempo de escasez de noticias que dar al pregón. Los mayordomos ya no fueron anuales, lo que dio mayor continuidad a su labor, pero la Ermita se había empobrecido, carecía ya de bienes, y no tenemos constancia de legados en los testamentos. Sólo podríamos resaltar la continuidad como mayordomo de un sacerdote de la villa, Pedro García Naranjo, que lo fue, al menos, desde 1770 hasta su fallecimiento en 1787, aunque tampoco se acordó de San Marcos en sus mandas testamentarias.
Después, la guerra de la independencia vino a agravar la situación de aquellas ermitas o edificaciones que estaban extramuros de los pueblos, en lugares de difícil defensa para una tierra como la nuestra tan castigada por conflictos bélicos. La ermita quedaría destruida, aunque su recuerdo siguió presente en la mente de los almendralejenses.
Aquellos terrenos se convirtieron, después de las distintas desamortizaciones de bienes municipales, en la última dehesa de Almendralejo en pasar a manos de particulares; apreciada, no sólo por sus aprovechamientos de pastos, sino porque sus pedregales proporcionaban materiales de construcción y aquí se habían instalado desde tiempo inmemorial los hornos de ladrillos y tejas, además de ser el sitio más apropiado para el lavado de las ropas.
La existencia de prensa escrita, local o provincial, que de manera bastante regular desde 1878 proporciona noticias sobre Almendralejo, cambia la figura del pregonero por la del periodista, gacetillero, reportero o articulista. La reseña periodística más antigua de la prensa local sobre la romería de San Marcos está fechada el 27 de abril de 1879 en el semanario local “La Revista de Almendralejo”.
Con más o menos fortuna, compitiendo con otras romerías como la de San Blas, la fiesta fue languideciendo, al no contar con el soporte de una Ermita, ni de una Hermandad que encauzara las actividades religiosas propias de toda romería, por lo que quedaba incompleto el día. Era algo importante, que faltaba, y por lo que estuvieron clamando muchos almendralejenses durante muchísimo tiempo.
Mis primeros recuerdos de la romería datan de los años sesenta del siglo pasado. Poco antes, dos entrañables almendralejenses, Juan Blasco Barquero y nuestro Cura Jesús, encabezaron la sensibilidad de muchos otros con el objetivo de la Ermita y la Hermandad. Les gustaban las tradiciones de su pueblo, amaban la gira de San Marcos y las jiras de ese día y señalaron el camino por el que otras personas, colectivos e instituciones han caminado hasta ver realizado ese sueño.
En aquel tiempo de mediados del siglo pasado, los mozos y las mozas de Almendralejo formaban para el día del Santo las tradicionales jiras. Así se denominaban a los grupos de jóvenes que organizaban el día de la romería ya desde meses atrás, reuniéndose, para hacer los adornos de flores de papel que debería llevar el carro (o remolque), en la casa de algún matrimonio que previamente se había ofrecido a ser el “responsable” de aquella jira, acompañándoles y preocupándose que todos se comportaran correctamente. Estos matrimonios responsables eran una garantía para que los padres de las mozas las dejaran ir a la romería.
Los mozos ya tenían pensado a quien invitarían a montarse en sus mulas; aunque las muchachas menos decididas preferirían el carro. También había caballistas que iban sin pareja. Los demás ingredientes del día eran la bebida y la música para el baile, que solían pagar los mozos; mientras las jóvenes se encargaban de la comida. La demanda de acordeonistas hacía que también se les contratara en los pueblos cercanos. Se bailaba en el campo y, al volver, e incluso al día siguiente, se continuaba la fiesta con la música y la comida que había sobrado, en la casa de uno de los matrimonios responsables.
Muchos recordarán de una manera especial la romería de 1965, organizada por Juan Blasco y un grupo de jóvenes, entre los que se encontraba otro gran entusiasta de aquellas ideas, Antonio Díaz Rodríguez. Aquel año ya tuvo lugar una romería “casi completa”, porque, aunque seguían faltando la Ermita y la Hermandad, hubo organización, cultos religiosos en honor de San Marcos, con Triduo, procesión con la imagen del Santo, Misa de campaña y bendición de los campos, y participaron carrozas adornadas artísticamente y parejas de caballistas.
Desde entonces, la historia está en la memoria y en el corazón de muchos de los presentes: es apasionante el empeño puesto y las dificultades vencidas en estos últimos cincuenta años por conseguir la Ermita, bendecida en 1993, y la Hermandad, constituida en el año 2000, bajo la presidencia de José González Hortigón, labor continuada por sus sucesores en el cargo, Silvestre Gómez Zafra y el actual Hermano Mayor, José Alberto Pérez Álvarez, en cuyas personas condenso el trabajo de tanta gente, la generosidad de tantas personas, el entusiasmo de tantas asociaciones: una larga lista, que siempre quedaría incompleta porque en el silencio también se trabaja, y que sólo el Santo podrá recompensar.
Amigos, hace millones de años las fuerzas de la naturaleza crearon la base geológica de San Marcos.
Hace miles de años vivieron en estos parajes los primeros habitantes del actual término almendralejense.
Hace cientos de años se construyó la primera Ermita a San Marcos en nuestra ciudad.
Durante decenas de años se estuvieron celebrando las romerías incompletas.
Hace dieciséis años que la Ermita es una gozosa realidad, y hace nueve años que existe la Hermandad: ya celebramos la Romería completa, a la que este año añadimos la “bajada” del Santo hasta la Parroquia de San Roque, para recibir el culto del Triduo anual que se le dedica.
El sábado, y Dios quiera que por muchos años, volveremos a estos terrenos de siempre para que la copla popular nos recuerde que en la vida todos somos carreros; para que las peñas de San Marcos sean testigos de nuestros gozos y nuestras sombras; para que se nos refresque la memoria de que un pueblo levantó una Ermita en el campo donde vivieron los primeros pobladores de estas tierras; para meditar si hemos llevado la mula de la vida con salero, o si hemos vendido la manta por nada y ahora vamos a pelo; o si el tiempo ha sido favorable a nuestro pueblo y nos hemos podido comer el borrego en Valdeorite; y siempre agradecidos al Santo y a nuestra Patrona de la Piedad de que nos vayan sacando en bien en nuestro caminar.
Muchas gracias
[Publicado en Asociación Histórica de Almendralejo, La Pieza del mes, 4, 2010]

I PREGÓN DE SAN MARCOS

I José Ángel Calero
José Ángel Calero Carretero (2008)

Santo Patrón de los Campos de Almendralejo, Hermano Mayor de la Hermandad, Junta de Gobierno, Hermanos, Autoridades, queridos amigos:
Cuando hace unos días el Hermano Mayor de nuestra Hermandad, en nombre de la Junta de Gobierno, me propuso pronunciar el Pregón que, por primera vez, abre el Programa de Actos que Almendralejo dedica al Patrón de sus campos, acepté porque entendí que se me concedía un privilegio. Un privilegio que, indiscutiblemente, no merezco, pero pueden estar seguros de que el hecho de abrir plaza, valga el símil taurino aquí plenamente justificado, supone un compromiso para el que no creo reunir los méritos necesarios, ni tener la preparación que se requiere para tan alto honor pero, sin embargo, me proporciona una honda satisfacción porque, para mí, que no he nacido en Almendralejo, la Romería de San Marcos es la celebración del pueblo con la que me siento más identificado. Realmente, mis méritos se reducen a ser hermano y a participar habitualmente en la Romería y en los actos en honor del Santo y, permítanme que, deliberadamente, elimine el término andaluz de camino para nuestra Procesión.
Realmente, pregonar la Romería de San Marcos, es decir anunciarla para que sea conocida, creo que no es necesario. La Romería, gracias al esfuerzo de la gente de Almendralejo capitaneadas por Don Jesús desde finales de los años 50 del siglo pasado, ha logrado ser el punto de encuentro de un pueblo que quiere ser fiel a sus tradiciones, conservar sus rasgos de identidad y reforzar su personalidad.
Sería muy prolijo e injusto, porque algún nombre se me escaparía, citar a tantos y tantos almendralejenses que han puesto su granito de arena para hacer posible esta realidad que hoy disfrutamos, la ermita y su zona de esparcimiento que son del pueblo y para el pueblo porque ha sido el pueblo quien lo ha querido y lo ha hecho posible con su esfuerzo. Sin embargo, permítanme que recuerde con emoción aquellas subastas en Radio Almendralejo con Pepe González Hortigón que sin desánimo, con tesón y constancia contribuyó, creo que como nadie junto a Don Jesús, a dar forma definitiva a la Hermandad que hoy une a tantas familias de Almendralejo.
Sin embargo, antes de continuar, debo aclarar la discusión que muchos almendralejenses mantienen en la relación con la denominación de gira -con G- de jira -con J- o de Romería para nuestra Procesión -que no camino- del día 25 de abril. Según el Diccionario de la Real Academia Española, Romería es una “fiesta popular que con meriendas, bailes, etc. se celebra en el campo inmediato a alguna ermita o santuario el día de la festividad religiosa del lugar “.
Así pues, reunimos todos los requisitos para que la denominación adecuada a nuestra celebración, sea la de Romería de San Marcos que, como fiesta religiosa, tiene, necesariamente que dar culto al titular, el Patrón de los campos de Almendralejo, para luego dedicar el resto de la jornada a “comé, bebé y cantá“, como decía el estribillo de la popular sevillana de nuestros paisanos los “Almas Rocieras “.
El día de la Romería es, por encima de todo, una gran fiesta en la que reina la amistad, la solidaridad y la camaradería, junto a buenos ibéricos, variados quesos, gustosas tortillas, tiernos filetes empanados, sabrosos pinchitos y las clásicas calderetas de borrego que vamos a regar con los cada vez más excelentes vinos de la Tierra de Barros, un verdadero deleite para los sentidos. Para los postres, ya se sabe, nuestros típicos dulces que, un día es un día, y nadie se puede resistir.
Pero, además de la actual romería de la que todos disfrutamos hace unos años, a mí me interesan, quizá por deformación profesional, los orígenes de esta fiesta que celebramos cada 25 de abril y que, gracias al esfuerzo de todos, también este año, aunque llueva -no olvidemos que San Marcos llena los charcos- va a ser, una vez más, estoy seguro, una magnífica Romería.
Las primeras noticias que sobre la ermita de San Marcos nos proporcionan los Libros de Visita de la Orden de Santiago, en la primera mitad del siglo XVI, dicen que entre sus propiedades había “un toro que llaman de San Marcos“. En 1550 se menciona, además, una vaca y en l557 informan que el toro tiene nueve años que, también, hay una vaca, un novillo de dos años y dos becerros de un año. Esta información nos pone en la pista de un rito que, hasta mediados del siglo XVIII, se celebraba en Almendralejo y en otras muchas localidades del oeste de la Península. Me estoy refiriendo al toro de San Marcos, otra fiesta más de origen pagano que la Iglesia hizo suya, no sabemos en qué momento, pero que ayudaba a cumplir la importante y necesaria tarea de asimilar el cristianismo al mundo pagano preexistente y enraizado en la vida real aunque, es bien sabido, que ciertas costumbres, cultos animistas y rituales mágicos, bastante contrarios a los dogmas católicos, pervivieron durante varios siglos hasta el punto de que la Iglesia tratará de eliminarlos con prohibiciones y posturas intransigentes.
¿Pero, en qué consistía el rito del toro de San Marcos que se celebraba junto a la Romería? La información que manejamos procede de la obra del fraile benedictino Benito Jerónimo Feijoo, que vivió a caballo entre los siglos XVII y XVIII, y escribió dos libros, “El Teatro crítico universal“ y “Cartas eruditas y curiosas“, unidas por el hilo conductor de sus críticas y denuncias de las supersticiones populares y de sus comentarios sobre diversos aspectos de la religión, temática que se da de frente con el asunto que estamos tratando. La obra de Feijoo colaboró de manera muy efectiva a que la celebración del toro de San Marcos fuera prohibida por la Iglesia Católica en 1753, aunque sabemos que ya el Papa Clemente VIII, a principios del siglo XVII, había expresado su opinión contraria.
El rito del toro de San Marcos cumplía una serie de requisitos, que Feijoo explica con todo lujo de detalles y que se repetía en todos los lugares donde el 25 abril tenía lugar la Romería junto a la ermita del Santo. La fiesta empezaba el día anterior, el Mayordomo o Hermano Mayor se encargaba de elegir entre el ganado de la Cofradía o Hermandad el toro más bravo que acudía a él mansamente cuando le llamaba con estas palabras: “anda aca, Marcos, que ya es hora “. El Mayordomo lo traía al pueblo y lo introducía a la hora de vísperas, al anochecer, en la Iglesia donde las mujeres le adornaban con guirnaldas de flores entre los cuernos sin que el ahora manso animal hiciera ningún gesto de embestir a quienes lo festejaban de forma tan ostentosa.
El día de la Romería, el toro, el verdadero protagonista de la celebración, salía suelto de la Iglesia en Procesión para dirigirse a la ermita del Santo y se movía a su albedrío por la calle entrando, incluso, en algunas casas donde era agasajado por las mujeres que le adornaban los cuernos con roscas de pan al tiempo que lo tocaban de forma lúdica e, incluso, lasciva lo que hizo decir al mencionado Clemente VIII que “las mujeres adoptan, mientras la bestia está en el templo, una actitud escandalosa riendo y acariciándola“. Es curioso que si el toro rehusaba entrar en una casa, se consideraba que en ella iba a ocurrir alguna desgracia.
Por último, terminada la ceremonia religiosa, el toro era sacrificado y tenía lugar la correspondiente omofagia, es decir, la carne de la res se cocinaba y, a continuación, se repartía entre los asistentes a modo de sacrificio en homenaje al Santo.
A tenor de lo dicho, es evidente que el toro de San Marcos era un rito de filiación más civil que religiosa y de clara simbología pagana por cuanto el toro, como se ha dicho, era el verdadero protagonista Naturalmente, es comprensible que la Iglesia tratara de desprestigiar una celebración que, en definitiva, anteponía al animal al Santo, incluso en la Iglesia.
En el caso de Almendralejo, es bastante probable que la Procesión del Toro de san Marcos saliera desde la Parroquia de la Purificación, pasara por la calle Becerro -de aquí su nombre- en dirección a la ermita del Santo situada, quizá, en el Cortijo de San Marcos según el Libro de Visita de la Orden de Santiago de 1511 que afirma: “Visitose una hermita de Sant Marcos que es a do dizen Harnina a media legua de la dicha villa, la qual se haze agora nuevamente“.
También Feijoo cita nuestra celebración del toro de San Marcos en 1765 con la intención de criticarla y demonizarla, lo que hoy llamaríamos crear mala prensa. Cuenta Feijoo que “pocos años há en la villa de Almendralejo, sita entre Mérida y Xerez, donde yendo ya en la procesión, se alteró súbitamente el toro, acometió a las andas en las que iba la imagen de San Marcos, las echó a tierra; y rompiendo por medio de la gente, aunque sin hacer daño a nadie, se escapó“. Esta frase del fraile benedictino colaborará, quizá, a la progresiva desaparición del toro de San Marcos, tal cual se celebraba a mediados del siglo XVIII y su evolución hacia fiestas relativamente parecidas, como la vaca ensogada de Alvadalejo en Ciudad Real que se celebra el 25 de julio, fiesta de Santiago Apóstol.
La siguiente cuestión que nos debemos plantear es el análisis, aunque sea breve, del origen del rito del toro de San Marcos. Este tema tenemos que relacionarlo con la realidad agropecuaria de nuestro entorno que, salvando las distancias, presentaba un panorama que, con ligeras variantes, era semejante al de toda la zona oeste de la Península hasta la Edad Moderna.
Una gran parte de las fiestas y celebraciones tradicionales hunden sus raíces en la noche de los tiempos. Es verdad que la sociedad ha evolucionado, pero sus vivencias, como incrustadas, permanecen en el subconsciente de la humanidad, como elementos atávicos que el paso del tiempo va borrando, pero que se recuerdan como un leve sueño porque han formado parte siempre de la verdadera memoria colectiva.
Este es el caso de las fiestas en las que el toro tiene un papel protagonista. No voy a entrar, no es el momento, en valoraciones sobre la llamada Fiesta Nacional, pero es evidente que el toro representó en las sociedades antiguas un papel de potencia genésica, símbolo del poder fecundante de la naturaleza, junto al sol, que renace cada primavera. Es, en este sentido, en el que se debe entender el toro de San Marcos, en un marco agroganadero como el nuestro.
Pues bien, al margen de orígenes más o menos remotos que no es la ocasión de analizar, sabemos que el 25 de abril los romanos, que colonizaron estas tierras hace más de dos mil años, celebraban la robigalia. La robigalia era una fiesta que tenía como objetivo bendecir los campos para propiciar la buena marcha de las sementeras de cereales, tan importantes en la agricultura de Tierra de Barros hasta hace pocos años. Naturalmente, para que la bendición fuera más efectiva, coincidía en el tiempo con la floración de la primavera y se realizaba conjuntamente con la de espantar al diablo, simbolizados por los malos espíritus, una ceremonia que consistía en hacer un nudo en el cereal, normalmente centeno, y rezando varios credos o bien atando el rabo del toro que presidía la celebración al tiempo que se pedía al Santo que trajera abundante agua para los campos.
Pero junto a la bendición del cereal, el 25 de abril era una fecha importante para la ganadería porque este día marcaba la división del año pecuario en dos ciclos, señalaba el fin de los arrendamientos de los pastos de invierno e iniciaba un nuevo año pastoril que venía acompañado por las primeras ferias de ganado.
A modo de resumen podemos señalar cómo en nuestra tierra el cereal y el ganado se funden en una fecha concreta, la celebración de San Marcos, y rindiendo culto al toro que personifica la fuerza generadora de la naturaleza. Con todo lo dicho, nuestra Romería supone un hito clave del año agroganadero siendo, por tanto, consecuente con lo que Almendralejo ha sido y es fiel a sus tradiciones que tenemos la obligación de preservar y defender como resultado de una forma de vida que nos legaron nuestros antepasados.
Y termino, como decía Don Jesús, en tiempo de melones no hay sermones. Agradezco a la Junta de Gobierno de la Hermandad el regalo de pregonar nuestra Romería y a Uds. que hayan tenido la paciencia de oír mis torpes palabras. Les deseo una buena y tranquila Romería con la seguridad de que Almendralejo, una vez más, se volcará con el Patrón de sus campos. Un abrazo y muchas gracias.
[Publicado en Asociación Histórica de Almendralejo, La Pieza del mes, 4, 2010]

Fernando Sabido Ortiz (1920)

17 fernando sabido

17 fsabido

La junta general de enero de 1920 comenzó con la dimisión en bloque de los componentes de la Junta Directiva que debían proseguir en sus cargos. Durante 1919 se habían multiplicado las sanciones (también presentes en otros años) a los socios por incumplimiento de sus obligaciones, aplicando el Reglamento, por el que perdían su condición de asociados temporalmente, en actuaciones como las de promover escándalo, embriaguez, rotura de sillas, vasos…, destrozos en los juegos de mesa, menosprecio a los empleados, insultos, etc. En algunos casos la aplicación reglamentaria, por matices en su administración, fue objeto de protestas, a veces, airadas, en la propia junta que tuvo que prolongarse dos días.
Resultó elegido presidente, el procurador Fernando Sabido Ortiz (12-1-1920 a 9-7-1920), y el Consejo de Intervención y Estadística nombró los cargos que quedaban vacantes, en forma interina; de tal modo que la nueva Junta no contaba con ningún miembro de la anterior. Fernando Sabido [que formaría parte de la Comisión Gestora del Ayuntamiento, desde el 18 de abril al 5 de junio de 1931, y pasó a ser alcalde desde esta última fecha hasta el 7 de agosto de este mismo año] tampoco terminó su mandato, pues ya el día 1 de mayo presentó su dimisión, que fue aceptada por la Junta, dos meses después, “en vista de las causas que la motivan”, causas que no se explicitan en el acta correspondiente.

SI recibo1920

 

Guillermo García y Romero de Tejada (1919-1920)

16 guillermo garcia

16 guillermogarcia

El abogado Guillermo García y Romero de Tejada (12-1-1919 a 11-1-1920) logró acceder a la presidencia en una apretada votación en la junta general de enero de 1919. Obtuvo 67 votos, mientras que Fernando Sabido recibió 64, Gumersindo Suárez, 1 y Pedro Alcántara, 2.
Como era previsible, dada su trayectoria, aparecieron de nuevo los problemas en la Banda de Música. Por una parte, en enero, respecto a la retribución del director del 5% de la parte que se destinaba a la remuneración de los músicos, que, si bien lo cobró en 1918, se acordó que no lo hiciera en lo sucesivo. Al mes siguiente, se recibió una comunicación de los músicos en la que señalaban que no estaban de acuerdo con los criterios que seguía el director, pero como no especificaban las razones de su queja, la Junta no admitió el escrito. Lo cierto es que la Academia y la Banda atravesaban una grave crisis, con pocos músicos y menos alumnos, falta de carácter de su director e indisciplina de los músicos. Aunque en julio se aprobó un nuevo Reglamento de la Academia y de la Banda, pocos días después su director, Isidro Moreno Gallardo, presentó su dimisión.
Sobre la personalidad de este gran músico y maestro de generaciones recogemos el testimonio de uno de sus alumnos, Tomás Bote, que ha escrito sobre él lo siguiente [La vida musical en Almendralejo durante la Restauración, pp. 78-80]:

Sin duda, su peculiar temperamento de artista, bohemio y sentimental, le impelía a actuar poco reflexivamente y a merced de impulsos emocionales (estereotipo psicológico éste del músico romántico, con cuya conducta la sociedad era condescendiente, pues no se esperaba otra cosa de un artista). Don Isidro era, en consecuencia, una persona algo desorganizada y poco metódica; si a ello le añadimos un toque de bondad personal y cierta debilidad de carácter —en esto estaríamos de acuerdo con Romero de Tejada—podemos explicarnos por qué le ocurrieron todas estas cosas. Pero D. Isidro significó mucho para la música en nuestra ciudad y fue toda una institución musical en Almendralejo durante muchos años, recordada aún con cariño por muchas personas. Muchos almendralejenses se formaron musicalmente bajo su magisterio y algunos acabaron siendo músicos profesionales” .

Nombraron director a Julián Izquierdo Ibáñez, que empezó con mucho entusiasmo ofreciendo a finales de agosto un concierto en la Sociedad para que todos apreciaran las mejoras introducidas. Sin embargo, aquel ímpetu inicial no duró mucho, pues en febrero de 1920 fue destituido por ausentarse de la localidad sin permiso de la Junta. Le sustituyó, de manera interina, Francisco Martínez Asuar, conocido como “Paquito, el Relojero”.
“El Obrero”, por otra parte, se integraba más en la sociedad almendralejense al participar en actos ciudadanos importantes. Así, en febrero una comisión acudió a la estación a la recepción que se otorgó a Enrique Vázquez Camarasa “teniendo en cuenta que sólo se trata de llevar a cabo un acto de simpatía en honor de dicho señor, hijo de este pueblo” Vázquez Camarasa recibió, además, el homenaje de la Ciudad, al acordar el Ayuntamiento, el 1 de marzo de aquel año, a petición de los vecinos, darle su nombre a la antigua calle Harnina, donde había nacido. "El Obrero" en abril recibió del “Casino de Almendralejo”, el donativo de un lote de libros y un juego de dominó. Esta Sociedad se disolvió aquel año y sus bienes fueron vendidos en almoneda; en este caso, algunos, donados a “El Obrero”. En julio su presidente acudió, en nombre de la Sociedad, a la celebración de los Juegos Florales que organizó la almendralejense Congregación de San Luis Gonzaga.

A comienzos de 1920 algunos empleados de la Sociedad pidieron aumento de sueldos y, “en atención a las anormales circunstancias actuales que hacen elevar los precios de artículos de primera necesidad a cantidades crecidísimas, lo que supone llevar a todos aquellos que de sueldo dependen, una vida precaria y de privaciones sin cuento”, la Junta accedió a lo solicitado. El precio del pan en la provincia de Badajoz había subido el 58% desde 1916, y el coste del nivel de vida se había situado en el doble en el mismo periodo, resultados de la fuerte inflación provocada por la guerra europea y, sobre todo, por la inmediata posguerra.
Los salarios que se especifican en el cuadro nos muestran “la plantilla” de empleados de la Sociedad y el nuevo salario establecido, así como el porcentaje de aumento sobre el anterior. En conjunto, unos gastos diarios de personal de 18,50 pesetas pasaron a ser de 25,50 pesetas, lo que significaba un incremento de un 38% aproximadamente: subida importante, pero que todavía quedaba por debajo de la subida del coste de la vida.

Empleados Actual (Nuevo) % subida
Auxiliar de Contaduría.- Sueldo actual: 3,00, (Nuevo sueldo: 5,00), % de subida: 66,66%
Auxiliar de Secretaría.- 2,00 (3,00) 50,00%
Encargado del suministro de agua (al mes).- 15,00 (20,00) 33,33%
Encargado de la limpieza del casino.- 2,50 (3,00) 20,00%
Encargado del servicio de lavado de paños (al mes).- 15,00 (20,00) 33,33%
Conserje del casino.- 3,00 (4,00) 33,33%
Cobrador.- 3,00 (4,00) 33,33%
Camarero.- 2,00 (2,50) 25,00%
Camarero auxiliar.-1,50 (2,00) 33,33%
Pianista (al mes).- 15,00 (20,00) 33,33%
NOTA: Salario diario en pesetas, salvo los indicados mensuales

Otras personas, que cobraban también de la Sociedad, como los médicos o el director de la Banda de Música, tuvieron tratamientos dispares: a los primeros se les aumentó su remuneración en 100 pesetas, mientras que el director de la Banda no recibió ningún aumento, lo que le pudo mover a su indisciplina que, como ya se indicó, le llevó a su destitución. Paralelamente, subieron los precios de las cuotas por juegos y de los diversos artículos expedidos en el casino, como café, azúcar, vino, coñac, licores…, en distintas proporciones; así como la cuota de entrada, que pasó a establecerse en 10 pesetas para hijos o hermanos de socios, y 15 pesetas para los demás: antes, 5 y 10 pesetas, respectivamente.

Francisco Suárez Astorga (1918-1919)

15 bien francisco suarez

15 fsuarezastorga

Se nombró como presidente interino al industrial Francisco Suárez Astorga, que cubrió el resto del mandato anual (30-4-1918 a 12-1-1919). En principio la Junta había ofrecido la presidencia a Francisco Montero de Espinosa y de la Barreda, que se excusó y se le aceptó la renuncia por haber ocupado el cargo con anterioridad. Suárez Astorga presidió también en Almendralejo la Sociedad “Nuevo Casino” y fue uno de los fundadores del “Círculo Mercantil”.
No fue un año de grandes, ni de pequeños, proyectos. Además, durante este tiempo la población se vio atacada por la epidemia de gripe, lo que obligó a la Sociedad a rociar con zotal el pavimento del local dos veces al día con objeto de evitar la propagación de la epidemia.
Ocuparon las actas los problemas surgidos en los bailes del carnaval, la venta de material inservible de la Banda y del viejo piano, sustituido por otro nuevo; las interminables desavenencias de los músicos con su director; la conveniencia, o no, de colocar un retrato del Rey en la Sociedad, por el posible matiz político de este hecho (al final, se colocaría pues se adujo que el Monarca estaba por encima de los grupos políticos), o de conceder el título de socios honoríficos, como lo ratificó la junta general, al Marqués de Monterrey y a José Carrasco, ya que gracias a sus gestiones se había conseguido una subvención de 750 pesetas del Ministerio de Fomento. Guillermo García Romero de Tejada se opuso a esta concesión, por ser del parecer de que tal honor requería en los destinatarios servicios más eminentes a la Sociedad. Y en la noche del 25 al 26 de noviembre se produjo un robo en el local, de donde sustrajeron 555,55 pesetas al conserje y 120 al cobrador, en virtud de lo cual la Directiva acordó conceder una gratificación de 250 pesetas a quien con sus gestiones contribuyera al esclarecimiento del hecho y descubrimiento de su autor, o autores.

José Carrasco de la Barrera (1918)

14 jose carrasco

14 jcarrasco

En la primera junta general del año 1918 se procedió a nombrar, entre otros cargos, el de presidente, que recayó en la persona del abogado José Carrasco de la Barrera (13-1-1918 a 30-4-1918). Obtuvo 90 votos frente a los 51 de Juan Crespo Bermejo, 8 de Rafael Rodríguez González y 2 de Juan Espino. Tampoco cumpliría con su mandato, pues en el mes de abril presentó su dimisión irrevocable que, en esta ocasión, sin que conozcamos los motivos de unos ni de otros, fue aceptada por la Junta.