VitiEn el Pleno del Excmo. Ayuntamiento de Almendralejo, de 8 de mayo de 2019, la Corporación, por unanimidad, acordó rotular el actual Pabellón Extremadura del Polideportivo Municipal como "Pabellón Extremadura Viti García Rubiales; y colocar una placa en la que se incluya la nueva denominación del Pabellón, como "Pabellón Extremadura Viti García Rubiales".

Doña Victoria Eugenia García Rubiales nació en Almendralejo el 2 de noviembre de 1947, en el seno de una familia dedicada en esta ciudad a la docencia en distintas generaciones. Si en el hogar es donde se inculcan las más hondas raíces de la personalidad, Victoria las tuvo y las desarrolló durante toda su vida, consagrada a la enseñanza en diversas facetas de la misma.
1. Estudios y destinos docentes
Victoria consiguió el título de Instructora Provincial de Educación Física, en la Escuela Superior “San Fernando” de Cádiz, en 1965; e inmediatamente comenzó a desarrollar su actividad educativa como profesora de Educación Física en el Colegio “Santo Ángel” de Almendralejo, en donde permaneció durante cuatro cursos, desde 1966-1967 hasta 1969-1970.
Desde el curso 1967-1968 daba también clases en la Sección Delegada Mixta de Almendralejo, dependiente del Instituto “Santa Eulalia” de Mérida, actividad a la que se dedicó exclusivamente desde el año 1970-1971, continuando en este Centro cuando pasó a ser Instituto Nacional de Enseñanza Media “Carolina Coronado” hasta el curso 1983-1984.
En 1977 consiguió el título de Instructora Nacional de Educación Física, expedido por la Escuela Nacional de Educación Física, en Madrid, y comenzó a dar clases en la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado “Santa Ana”, donde, además de la asignatura general de “Educación Física”, fue profesora titular de “Expresión Dinámica Especial” y “Didáctica de la Educación Física”; y de “Animación sociocultural”, en la Escuela Universitaria “Santa Ana” de Trabajo Social, desde 2003; en ambos centros universitarios, a tiempo parcial, hasta su jubilación en 2008.
La normativa derivada de la Ley de Cultura Física y del Deporte de 1980, condujo a una nueva regulación académica de los profesores de Educación Física, cuyas enseñanzas se terminarían convirtiendo en universitarias, siendo los Institutos Nacionales de Educación Física (INEF) los encargados de impartir los ciclos de diplomatura y licenciatura correspondientes. Victoria García Rubiales hizo sus estudios universitarios en Madrid, en el INEF adscrito a la Universidad Politécnica de Madrid, con gran esfuerzo y sacrificio, pues contaba en aquellos momentos con el reciente nacimiento de su hija María. Cumplidos los cinco años (tres de diplomatura, y dos de la licenciatura) recibió el título de Licenciada en Educación Física en 1988.
Durante este quinquenio de estudios, no abandonó su docencia pero afrontó cambios de destino: el primero, ya iniciado el curso 1984-1985, cuando, en virtud de una orden por la que se reestructuraba la situación laboral y administrativa del referido profesorado, fue destinada a Zafra, al Centro de Formación Profesional (Sección Delegada de Formación Profesional), donde terminó aquel año académico; para pasar en el siguiente al Instituto de Educación Secundaria “Santiago Apóstol” de Almendralejo, donde estuvo hasta su jubilación en 2008. Apasionada por su trabajo, pasión que emanaba de su gran vocación, convirtió en “su segunda casa” cada uno de los centros de enseñanza por los que pasó, durante sus 42 años de ejercicio docente.
Todavía en sus dos últimos cursos fue profesora del Ciclo Formativo de Grado Superior de Actividades Físicas y Deportivas (TAFAD), cerrando su actividad docente en este ciclo que encierra mucho de lo que estuvo desarrollando durante su dilatada docencia: enseñar y dinamizar juegos, actividades físico-deportivas, recreativas, individuales y de equipo.
2. La búsqueda de la innovación educativa y la calidad en la docencia
Y para ello, se estuvo preparando continuamente, como lo muestran los numerosos cursos de perfeccionamiento que recibió sobre atletismo, psicomotricidad, gimnasia rítmica o técnicas de expresión corporal, entre otros; sin olvidar aquellos que les ofrecían posibilidades de trabajar la cooperación, incluso la coeducación, como los dedicados al korfball, o al acrosport; o los que le ponían “al día” en las novedades de las distintas orientaciones y reformas educativas (la ESO, la Reforma de las Enseñanzas Medias, elaboración de materiales y medios de consulta en Internet, introducción al fit-ball training, proyecto Mercurio sobre nuevas tecnologías...); en general, los llamados cursos ACD (Cursos de Actualización Científica y Didáctica) que pretendían “desarrollar la capacitación del profesorado para realizar una reflexión y una actualización científica y didáctica que incremente su profesionalidad y mejore su labor docente”, objetivos que fueron constantes en la enseñanzas que impartía Victoria García Rubiales, que planteaba una metodología novedosa, que contribuía a la formación integral del alumnado, tanto en aspectos propios de esta materia, como en la comprensión de otros aspectos, sean las emociones, las relaciones..., entendiendo la educación física no solamente como ejercicio y competición sino como una forma de autoconocimiento y cooperación.
Toda su docencia estuvo basada en un gran sentido del deber, exigencia y flexibilidad, disciplina y comprensión; actitudes propias de quien es capaz de ejercer el liderazgo porque tiene autoridad. Una autoridad aceptada por todos que proviene de su formación, de su carisma personal y de una bondad natural, que en ocasiones le permitía presentarse como una madre solícita que solucionaba situaciones complejas, merecedora de la admiración y respeto de compañeros y alumnos.
Porque la enseñanza no solo fue para ella una profesión y una forma de vida, sino también la manera de darse a los demás, sin guardarse nada, con una energía que sorprendía, con una generosidad sin límites por cuanto había asimilado, quizás por tradición familiar, que el servicio es una obligación sagrada que obliga a quienes graciosamente han recibido los talentos que los hacen diferentes y mejores, para favorecer el progreso de la sociedad en la que se vive, y, en su caso, mejorar la formación de los jóvenes y promover su desarrollo espiritual y humano.
En este aspecto, Victoria Eugenia García Rubiales era una profesora justa, equilibrada, motivadora y capacitada para mantener la tensión y la atención necesarias para hacer de la clase diaria un lugar cómodo, disciplinado y siempre novedoso, el espacio de enseñanza-aprendizaje adecuado para lograr los objetivos programados.
Es digno de resaltar, igualmente, su preocupación por los alumnos con necesidades educativas especiales, impartiéndoles docencia, organizando los actos de apertura y clausura de los VII Juegos Extremeños del Deporte Especial (1991), o realizando un curso sobre las necesidades de alumnos sordos. Son hitos de su currículo que tienen un colofón entrañable cuando, ya jubilada, su sentido de la solidaridad y ayuda a los demás se volcó sobre uno de los colectivos sociales más sensibles como eran los discapacitados físico-psíquicos, ofreciéndose, en 2008, altruistamente a dar clases de psicomotricidad a los jóvenes discapacitados de Aprosuba 2, hoy Includes de Almendralejo; y con ellos estuvo hasta que su cardiopatía le impidió continuar, lo cual le afectó mucho porque en este centro se sintió muy feliz y útil con su faceta de voluntariado.
Un último servicio ejemplar en su dedicación a la enseñanza.
3. Haciendo convivencia con el entorno: actividades complementarias y extraescolares
La profesora Victoria García Rubiales tuvo otra dimensión importante en los centros por los que pasó. Los últimos catorce cursos de su currículo docente (1994-2008) dirigió el Departamento de Actividades Complementarias y Extraescolares del “Santiago Apóstol”. Estas actividades cuadraban perfectamente con su carácter extrovertido, vitalista, sociable, que siempre miraba hacia fuera..., impulsiva, aunque reflexiva, algunos la definían cariñosamente “Viti, puro impulso...”, y aceptó la tarea de aglutinar el esfuerzo del profesorado para organizar, colaborar y dinamizar las actividades culturales, deportivas, formativas y de ocio, que cumplen la función de redimensionar los centros, vertebrar los departamentos didácticos, implicar al alumnado y darles una dimensión social haciéndoles tomar parte en la vida cotidiana de la localidad.
Y el Departamento sacó fruto de su actitud, y hasta la Inspección Educativa les concedió en 1998 una Mención especial por su buen trabajo. Y se ocupó de una manera especial en fomentar todo aquello que contribuyera a hacer de la comunidad educativa un gran equipo, a crear vínculos, a concienciar en la solidaridad, favorecer el diálogo, la convivencia y la amistad: lo que ella denominaba “el espíritu del Santiago”, en referencia a ese sentido de cooperación que tenía todo el acontecer educativo. El centro era para ella principalmente un espacio común en el que todos, profesores, alumnos, personal no docente, familias, sin distinción de ningún tipo, se sintieran representados; y también era un servicio a Almendralejo, a Tierra de Barros, a Extremadura..., como comunidades mayores a las que pertenecían.
Por esto fue promotora de tantas iniciativas, sirviendo siempre de puente entre la tradición y los nuevos tiempos, con actividades tan próximas como el Día del Centro, la bienvenida de los nuevos docentes en el curso escolar, las Candelas, la fiesta de graduación y las numerosas conmemoraciones pedagógicas, como el Día de la paz, el Día de Europa, el Día de las lenguas, el Día del árbol, etc.; tan locales, como los Campeonatos Intercentros, aunando esfuerzos para lograr la convivencia de los jóvenes con la normalidad propia de quienes se relacionan en la calle; o tan ambiciosas, como los intercambios culturales, los viajes fin de curso, o a Europa, a Estrasburgo, con visita y participación, en tres ocasiones, en el Parlamento Europeo, viajes ganados, por obtener los premios Euroscola, porque se habían ejecutado previamente trabajos encaminados a sensibilizar a los alumnos (no solo a ellos) de su compromiso con la construcción de Europa, con la búsqueda de un mundo más justo.
4. Apasionada por el deporte
Desde muy joven practicaba deporte, rompiendo barreras, pues como ella afirmaba “yo corría por el pueblo cuando ninguna mujer lo hacía, y la gente me decía que estaba loca. Yo iba en pantalones cortos y me tomaban por un ente extraño”. Mujer avanzada a su tiempo, entusiasta del deporte en general, y de las disciplinas de balonmano, baloncesto y gimnasia rítmico-artística en particular, aunque sin descuidar el atletismo o el voleibol; siempre adaptándose a las nuevas realidades y a las demandas de la sociedad; y así como sus primeras alumnas recuerdan sus esfuerzos porque practicaran el balonmano, los más recientes aprendieron a jugar al bádminton y los últimos se ocuparon de la psicomotricidad.
La Real Federación Española de Atletismo le concedió el título de Monitora Nacional, en 1981; y la de Baloncesto, el de Entrenadora nacional, en 1986; fue vicepresidenta del Club Balonmano de Almendralejo; y en todas las especialidades cosechó con sus equipos relevantes éxitos, en categoría infantil y cadete, tanto femenino como masculino. Señalamos algunos de sus primeros años, que dieron origen a sendos galardones deportivos: Trofeo y Medalla en el Campeonato provincial de campo a través en 1.200 metros, categoría juvenil (1972), Campeón en el Trofeo Semana de la Juventud de Baloncesto femenino, en Almendralejo (1972), Campeón en Balonmano y Baloncesto juvenil femenino, en el Trofeo de Navidad de Almendralejo (1972); Campeón Provincial de Balonmano juvenil femenino (1973); 2º clasificado en el Campeonato Nacional de Baloncesto femenino, en Córdoba (1974); Trofeo a la Deportividad en los Juegos Nacionales Escolares al equipo de Balonmano juvenil (Puente Genil, 1975). Como resultado de esta brillante trayectoria, la Orden Deportiva Hernando de Soto le concedió la medalla de plata el año 1975, como promotora del Balonmano femenino en la región extremeña. No sería su primera distinción, pues tres años antes el Comité Olímpico Español le había premiado con una asistencia becada a la Olimpiada de Munich-72, a petición de las federaciones de atletismo y balonmano, que recompensaban de esta manera su gran labor en la promoción y participación deportiva.
No solo recibió cursos de perfeccionamiento, sino que también los impartió, en 1999, aportando su gran bagaje de experiencias, su auto exigencia para exigir, sus prácticas siempre renovadas, como profesora del Curso de Perfeccionamiento ofrecido por las Escuelas Universitarias Santa Ana y la Universidad de Extremadura, sobre “Nuevas perspectivas ´recreativas´ de Educación Física para Primaria”. Y en febrero de 2007, recibió en la Gala de los Premios del Deporte local, correspondientes a 2006, el trofeo al “Mérito deportivo” por su dilatada y ejemplar trayectoria en el campo del deporte y de la educación física.
5. Pionera del folklore
Apasionada por la música y, sobre todo, por el folclore extremeño, al que dedicó más de veinte años, fue una de las fundadoras y directora de baile del Grupo de Coros y Danzas de Almendralejo, que hoy tiene su continuidad en la Asociación Cultural y Folklórica “Tierra de Barros”, que se ha ocupado de recopilar nuestro folklore, reunir las tradiciones para conservarlas y difundirlas como seña de identidad de un territorio. Recientemente, el Ayuntamiento de Almendralejo ha concedido a esta Asociación la Medalla de Plata de la Ciudad por su dilatada y exitosa trayectoria, que ha sido obra de muchas personas, pero entre las que Victoria García Rubiales ocupa un puesto destacadísimo. Perfeccionista al máximo, aún en los más mínimos detalles de la coreografía, le dio al grupo un “saber estar”, dentro y fuera del escenario, que ha sido uno de sus sellos de identidad más apreciados. La propia Asociación reconoció su valiosísima aportación en el homenaje que le tributó en 1999, al cumplirse los treinta años de la creación del Grupo.
6. Personaje popular y mujer avanzada a su tiempo
Victoria García Rubiales fue reconocida por sus vecinos de la Barriada de San Antonio como “Personaje popular”, en 2005, porque efectivamente lo ha sido, por su gran facilidad para relacionarse con todo el mundo y su gran capacidad para empatizar con toda clase de personas, sin tener en cuenta edad ni condición social. Enormemente comunicativa y afable, que no ocultaba exteriorizar sus sentimientos, haciéndole partícipe de ellos a cualquiera que se encontrara por la calle, interesándose también por los problemas de los demás. Sus intereses y preocupaciones siempre se encontraban en el mundo que le rodeaba. Persona generosa y sensible con los demás, cultivó de una manera intensa la amistad, siendo querida y haciéndose querer por todos favoreciendo el diálogo. Siempre atenta y muy familiar, adoraba pasar tiempo con su hija, María, y su marido, Eloy, con los que disfrutaba viajando.
Ha sido una de las mujeres más importantes de Almendralejo en los últimos años. Una mujer comprometida, alegre, cercana, volcada con quienes estaban a su alrededor, trabajadora infatigable y de profundas convicciones religiosas, que dejará sin duda una huella indeleble en la sociedad almendralejense a la que sirvió con el único fin de mejorarla porque se dio cuenta, desde muy joven, de que todos debemos colaborar para que los que nos rodean sean felices.
Tras su jubilación recibió varias distinciones. Durante las Fiestas de la Piedad y Feria de la Vendimia de 2008, el Excmo. Ayuntamiento de Almendralejo la homenajeó, junto a otras mujeres jubiladas de distintas profesiones, para resaltar el papel de la mujer en el mundo laboral. Al año siguiente, con motivo del Día de la Mujer, fue elegida como Madrina de la III Carrera de la Mujer “Ciudad de Almendralejo”; y en 2015 recibió por parte del Consejo Local de la Mujer el “Premio a Toda una Vida”
Victoria Eugenia García Rubiales, “Viti”, falleció el 17 de enero de 2019. Nunca podremos olvidar a esta mujer que, en sus múltiples facetas de servicio a la ciudad, demostró una calidad personal y profesional digna de encomio. Una persona comprometida con su realidad, profundamente humana, adornada de valores que la hacían especial y cercana. Cualquier homenaje que se le pueda rendir es de justicia. Dar su nombre a un pabellón deportivo es un gran acierto. Su papel en el desarrollo del deporte almendralejense, especialmente el femenino, es indiscutible..

Diego Gallardo Ortiz (1907-1911)

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Graves alteraciones en la junta general del 13 de enero de 1907, que se saldaron con la expulsión de varios socios, provocaron que, pese a haber sido reelegido, Pedro González Hurtado no lo aceptara y presentara su dimisión. El vicepresidente actuó en su lugar hasta que el 17 de marzo se nombró a Diego Gallardo Ortiz, también abogado, que sería uno de los presidentes que durante más tiempo desempeñaron el cargo, casi cuatro años (17-3-1907 a 8-1-1911).
En este tiempo, la Sociedad fue ganando en consideración, dentro y fuera de la localidad, teniendo presencia en instituciones de Almendralejo, como ocurrió en la elección de los componentes de la Junta Local de Reformas Sociales o en la Junta de Patronato Carcelaria, a la que, incluso, en más de una ocasión ayudó con pequeñas subvenciones.
Su integración en la sociedad almendralejense le llevó a ceder el piano para dos bailes, que tuvieron lugar el 28-05 y 18-06 de 1908, y donar 15 pesetas a beneficio de la construcción del kiosco que todavía se levanta en el Paseo de la Piedad, construido a instancias de un grupo de jóvenes amantes de la música y que podría interesar a la Banda de “El Obrero”; y a otros actos de solidaridad, como la entrega de un donativo de 100 pesetas para los soldados heridos y familias pobres de los fallecidos en la guerra de Marruecos, en 1909; o la donación al año siguiente de 35 pesetas al Ayuntamiento para la restauración del Palacio de Justicia.
Y ese espíritu le llevó, asimismo, a petición del Círculo Mercantil de Málaga, a conceder 125 pesetas para los damnificados en las inundaciones del 24-09-1906; y a responder generosamente, a la invitación del Centro Extremeño de Madrid, para iniciar una suscripción que costeara un monumento a Espronceda. No se llevó a cabo, por falta de apoyo económico, pese a que el escultor de Alburquerque Aurelio Cabrera realizó un boceto del monumento, concebido con una gran originalidad y colosalismo. Almendralejo no respondió a la llamada de Espronceda en el primer centenario de su nacimiento: en el segundo centenario, sin embargo, ha lavado aquel baldón.
Así mismo merecían que las compañías que venían a actuar en el Teatro Espronceda les dedicaran sus actuaciones, como mostramos en el cartel adjunto.

044 Actuacion en Teatro Espronceda

Función a beneficio de “El Obrero” en el Teatro Espronceda, 22-4-1909

La Banda de Música se fue consolidando como la Banda de Almendralejo: se clasifican a sus componentes en distintas categorías, en orden a sus conocimientos, pero también en orden a sus retribuciones y en la Semana Santa de 1907 tuvo lugar, posiblemente, su primera actuación pública, a satisfacción de todos y, en especial, del Ayuntamiento que la gratificó con 225 pesetas por su participación en otras festividades religiosas y profanas de la localidad. A finales de noviembre de aquel año se produjo la dimisión de su director, Ángel Mora Vadillo y su sustitución, a finales de año por Rodrigo Almada Fernández, después de una interinidad de un mes por parte de Isidro Moreno Gallardo.
La importancia que iba adquiriendo esta actividad de la Sociedad se ponía de manifiesto en que al nuevo director le duplicaron su sueldo, a primeros de 1908, pasando a ser de 600 pesetas anuales; a la vez que el Ayuntamiento también incrementó la subvención, hasta 500 pesetas en aquel año por su participación en las procesiones a las que asistió la Corporación (miércoles santo, viernes santo, domingo de pascua, domingo de cuasimodo, día del Corpus) y a las veladas de San Antonio, San Juan y San Pedro (una noche en cada una), Santiago (tres noches) y Virgen de la Piedad (dos noches).
En agosto de 1910 se aprobó un nuevo Reglamento de la Banda de Música, motivado por las quejas en cuanto a retribuciones, manifestadas por algunos miembros de la misma, del que lamentamos no poseer otras noticias que las que más adelante irían apareciendo si se hacía referencia a alguno de sus artículos: en este sentido, sabemos que con la nueva normativa el instrumental y los demás accesorios de la Banda pasaron a ser propiedad de la Sociedad (anteriormente, eran de los músicos, que descontaban periódicamente su valor de los ingresos que obtenían), devolviéndose a los músicos las cantidades que habían entregado. Se contabilizó el coste del material y de las reparaciones efectuadas, además del 10% de los ingresos obtenidos por las actuaciones de la Banda; y deducidos de los ingresos ocasionados por esta actividad, quedó un saldo a favor de los músicos de 577, 32 pesetas, con lo que la Sociedad quedó en propiedad del instrumental.
En el sector de los socorros mutuos, razón de ser de la Entidad, se siguió progresando en el apoyo a los socios, creándose el socorro extraordinario de defunción, al ratificarse en la junta general de enero de 1909, el acuerdo tomado por la Junta Directiva en julio de 1908. Considerando que en algunos casos resultaba insuficiente el socorro de 50 pesetas que recibía el familiar del socio fallecido, se propuso que los socios satisficieran una cuota extraordinaria de 0,50 pesetas en caso de fallecimiento del socio que hubiera ingresado antes de cumplir los 50 años. El socorro se solicitaría dentro del primer mes a partir del fallecimiento, y esa cuota se entregaría a los familiares del fallecido o, si no los tuviera, a quien éste hubiera designado en su última voluntad siempre que el beneficiario hubiera prestado asistencia al finado en su última enfermedad; si no, iría al fondo social.
Después de pasar por distintos conserjes, la Sociedad decidió en julio de 1908, administrar la conserjería por sí misma, a falta de solicitudes por parte de los socios para este cargo. A tal efecto, elaboraron unas bases por las que debía regirse el servicio, que por su carácter originario extractamos. Se creaba la plaza de conserje-administrador (cuyo puesto ocuparía Anacleto Forte Barneto) con el sueldo de 3 pesetas diarias, y las de dos camareros con el jornal de 1,25 pesetas; la Junta Directiva entregaría al conserje todos los artículos de bebida necesarios, cargándole en cuenta su importe, de lo que se efectuaría mensualmente estado de las ventas efectuadas y entrega a la Sociedad del saldo correspondiente. El conserje estaba obligado a cuidar del orden dentro del local, salvo los días en que hubiera espectáculos y daría cuenta a la Junta de toda infracción de los socios que mereciera la debida corrección; y la Junta Directiva nombraría una comisión especial que velara por el cumplimiento de estas normas.
La tarifa de precios de bebidas y juegos estaría expuesta en el local y sería la siguiente: café, 0,20 pesetas; té, 0,25; aguardiente triple anís fino, 0,10; coñac Tres Cepas, 0,40; coñac Dos Cepas, 0,25; manzanilla de primera clase, 0,25; manzanilla de segunda clase, 0,20; copa de vino de Rioja, 0,15; botella de vino de Rioja de ¾ litro, 0,75; copa de vino de Valdepeñas, 0,05 y botella, 0,35; ron aromático, 0,20; “Caravanchal Eslava”, 0,15; copa de ginebra, 0,15; refrescos varios, 0,15; gaseosas grandes, 0,20 y chicas, 0,10; botella de cerveza Pale Ala, 0,50; botella de cerveza Pilsen, 0,45; tarifas para los juegos lícitos de la Sociedad: tresillo, 0,20; malilla barrotada, 0,20; solo, 0,10; julepe y tute, 0,10; hora de billar, 0,60; la treinta y uno, por cada individuo y jugada, 0,05
En este cuatrienio, el número de socios disminuyó ligeramente, siendo de 764 a finales de 1910. El proceso se repetía todos los años: pasados los carnavales aumentaban las bajas hasta que la Junta acordaba disminuir a 5 pesetas la cuota de entrada; generalmente, en los meses inmediatos a las fiestas navideñas, produciéndose entonces la recuperación en el número de asociados.

II Pregón Taurino 2010

El día 12 de marzo de 2010 tuvo lugar en el Centro Cívico de Almendralejo el II Pregón Taurino del Salón del Vino, a cargo de José Ángel Calero Carretero. El acto, que estuvo presidido por el Concejal de Plaza de Toros, Marceliano Martín Martín, fue presentado por el Cronista Oficial, Francisco Zarandieta Arenas.

Destacó el presentador las cualidades que adornan a José Ángel Calero para ser “un auténtico maestro en el arte de pregonar, con muchas corridas matadas en plazas de todo tipo, y excelente aficionado a la fiesta, trabajador incansable y persona enamorada de nuestra tierra, de nuestras costumbres y nuestras tradiciones más peculiares”.

El pregonero, después de alabar el rematado cartel de la del Salón en el Coso de la Piedad - Enrique Ponce, Julián López “El Juli” y Miguel Ángel Perera, con ganadería de José Luis Pereda - entró a tomar partido en el debate producido en el Parlamento catalán sobre la posibilidad de prohibir la corridas de toro en todo su ámbito territorial, “con profunda tristeza”, dijo, recordando aquellas primeras impresiones de la fiesta que albergaran su corazón y su cabeza, cuando su padre ante las imágenes de una televisión le iba “explicando y, sobre todo, haciendo[le] ver y sentir las distintas suertes, la variedad de lances, el duende del vuelo de la muleta o el misterio del temple”; porque si esta iniciativa se lleva a cabo “ningún padre podrá vivir y disfrutar un festejo con su hijo. Ni los niños catalanes en el futuro, tendrán la oportunidad de conocer y saborear todas las sensaciones y emociones que dimanan de ese maravilloso espectáculo que es la fiesta de los toros”. Y le entristece, además, por “el gran desconocimiento [...] de lo que es la fiesta más profundamente enraizada en la cultura mediterránea desde, casi, el principio de los tiempos”.

Y me entristece -añadió- porque quien rechaza la fiesta de buena fe, sin connotaciones de ningún tipo, llevados de su bienintencionada defensa del animal, generalmente desconociendo lo que supone la cría del toro de lidia, no tendrán la oportunidad de disfrutar del cúmulo de emociones y sensaciones que se desprenden del enfrentamiento entre el hombre y el animal, el uno tratando de controlar su fiereza y, el otro, defendiéndose y mostrando su fuerza y su casta. Ni apreciarán la belleza que encierra la imagen de uno de los animales más poderosos, más profundamente estéticos de la creación tanto en el campo como en la plaza que, al ser lidiado, conjuga con su matador un óleo fugaz donde se armonizan el ritmo, el temple y el donaire. Ni vivirán la posibilidad de entender cuánta sabiduría, cuánta ciencia hay, sedimentada en el tiempo, en el torero que domina a su rival y, sin embargo, amigo necesario porque, mientras más complicado sea, más carga de maestría hay que poner en el ruedo. Ni, por último, sentirán la profunda emoción que se vive en la plaza, siempre que la pelea sea de verdad, que transmita la incertidumbre, el miedo y el peligro que se respira, que se corta en el ambiente, porque el torero se está jugando la vida en cada lance, en cada pase, en cada segundo de la lidia”.

¿Qué es en realidad el toreo?”, se preguntó. Compleja respuesta que resumió con cinco pinceladas magistrales: es un arte efímero, instantáneo; tragedia y alegría a un tiempo, muerte y puerta grande, dos caras de una misma moneda, que se necesitan para darle grandeza a la fiesta; es una prueba de la inteligencia del matador, que sabe reconocer la singularidad de cada toro; y un hermoso ritual de vida y muerte, lleno de color y simbolismo, que hunde sus raíces en la aurora de los tiempos.

Para demostrar su carácter popular y tradicional, echó manos a su sólida formación arqueológica, histórica en general, argumentando que desde la antigüedad, el toro es un animal que conviviendo con el hombre, ha sido objeto de culto, sacrificio, caza y fiesta. Pieza de caza del “hombre paleolítico [que] hace más de 15.000 años decoró las paredes rocosas de sus viviendas temporales con pinturas y grabados plenos de realismo y naturalismo, en los que uno de los protagonistas principales será el toro y no el cazador”, manifestando así un gran respeto hacia este animal poderoso y fiero. Miles de años más tarde, hacia el 8.000 a. C., en los abrigos rocosos de Albarracín o Alpera, aparecen, además de escenas de caza, otras relaciones entre el hombre y el toro, un cierto juego entre ambos. Y en Cogul, por la misma época, podemos contemplar escenas de carácter festivo o cultual, en las que destaca “el papel fecundante y creador de vida que se le atribuye al toro en todas las culturas de la antigüedad”. Hizo, después, un repaso por las escenas de tauromaquia que realizan ágiles saltarines en las pinturas de Cnosos, los juegos de toros celebrados en los anfiteatros romanos, los toros alanceados por caballeros cristianos y moros en la España medieval antes sus damas, y los festejos organizados en las fiestas por las corporaciones gremiales o concejiles, hasta llegar a la normalización de la fiesta cuando el toreo a pie tome forma en el siglo XVIII.

Concluyó su intervención uniendo dos mundos mediterráneos, el del toro y el del vino, con estas palabras: “Hoy, que el mundo taurino está en entredicho en algunas regiones de España, Almendralejo es capaz de aunar dos elementos inseparables de nuestra cultura: toros y vino. Dos elementos que, en paralelo, conforman la urdimbre de la cultura mediterránea, de un mundo en el que han convivido en plena armonía la triada clásica -el cereal, la vid y el olivo- y la dehesa donde, desde tiempo inmemorial, ha vivido el toro, un animal único que ha sido capaz de ser a un tiempo objeto de culto y protagonista de un rito que nada ni nadie podrá hurtarnos”.

En la consultawDon Fernando Aixalá Bové nació en Vilaplana (Tarragona) el 5 de septiembre de 1924, hijo de don José Aixalá Mestre, natural de dicha localidad, que fue médico cirujano e Inspector Municipal de Sanidad de Reus, y de doña Mercedes Bové Ferrán, natural de Barcelona. Sin duda, la vocación médica nació y se nutrió en esta familia por el ejemplo de su progenitor. Después de los estudios primarios y medios, en Reus, pasó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona para comenzar en ella los de medicina, recién cumplidos los 16 años de edad. Completadas las 31 asignaturas y el ejercicio de grado de la licenciatura, repartidos en los siete años del Plan de estudios, lo culmina con un excelente expediente, un 50% de sobresalientes, siete de ellos con premio, y obtiene en el curso 1946-1947 el título de Licenciado en Medicina y Cirugía.
Aquel mismo año se presentó a sus primeras oposiciones, las de acceso al Cuerpo Médico de Asistencia Pública Domiciliaria, obteniendo el número 50 de un total de 3.597 aspirantes para la provisión de 737 plazas, ingresando en dicho Cuerpo por O.M. de 26 de julio de 1948. No obtuvo los destinos que había solicitado y quedó a la espera de resultas. Se había trasladado a Madrid, donde se albergaba en una pensión que, sorprendentemente para su futuro, regentaba una familia de Almendralejo, en la Gran Vía, número 33. Estudia en la Escuela Nacional de Tisiología y Enfermedades del Tórax, obteniendo la Diplomatura en Tisiología. Con este bagaje científico y vocacional se presentó al concurso-oposición libre, convocado el 5 de abril de 1950 por el Patronato Nacional Antituberculoso para proveer veinte plazas de Médicos Tisiólogos de Dispensarios Comarcales. Se presentaron 219 aspirantes, el Dr. Aixalá obtuvo el número 5 de la oposición y solicitó la plaza de Almendralejo.
Por una Orden del Ministerio de la Gobernación de 21 de enero de 1952 fue nombrado Médico Tisiólogo de Dispensarios Comarcales Antituberculosos y destinado como Director del Dispensario Comarcal de Almendralejo, tomando posesión de su cargo el 26 de febrero de 1952. Reglamentariamente, se le exigía la permanencia mínima de un año en su destino; pero, afortunadamente para los almendralejenses, su estancia duraría sesenta y seis años, de servicio a estos pacientes y a esta sociedad.
Cuando llegó a Almendralejo residió en el Hotel España y en la Pensión La Perla, y, aparte de su gestión en el Dispensario antituberculoso del Hospital de San Juan de Dios, recibía a sus pacientes en visitas privadas en una casa de la calle Cervantes. Se colegió el 19 de julio de 1952 en el Colegio de Médicos de Badajoz, como especialista de pulmón y corazón (Aparato Respiratorio y Cardiología), especialidad que ejercería en Almendralejo durante más de sesenta años.
En marzo de 1956, en una entrevista realizada por don Manuel Anisis en el Semanario “Almendralejo” hizo un balance de sus primeros cuatro años en el Dispensario de Almendralejo, señalando que había visitado a unas siete mil personas, aunque afortunadamente, una gran parte no tenían procesos graves; y que en toda la provincia pacense los índices de tuberculosis eran bastante elevados aunque se estaba llegando a una fase de declive, debido a la mejor asistencia y a los resultados de nuevos tratamientos. Hace unos diez años, decía el Dr. Aixalá, morían en la provincia de Badajoz 126 personas por tuberculosis de cada 100.000 vivos. En ese momento (1956) la tasa se había reducido a la tercera o cuarta parte, lo que no significaba que el número de enfermos fuera menor, sino que morían muchos menos; aunque la lucha antituberculosa era costosa, por tener que montar equipos foto radioscópicos, que permitieran su utilización a toda la población. Almendralejo tenía dos problemas que perjudicaban la enfermedad, el hacinamiento de muchas familias en la misma casa y la inmigración de personas procedentes de medios rurales que se contagiaban al llegar a la ciudad. No había vacunas y los sanitarios corrían un alto riesgo de contagiarse, como le ocurrió a don Fernando aunque la enfermedad no llegó a desarrollarse en su organismo.
Unos años después (1958), contrajo matrimonio con doña Rosa Font de Rubinat Santasusagna, y nacieron sus dos hijos, doña Rosa (1959) y don Felipe (1962). Además, el 14 de octubre de 1964 tomaba posesión de su cargo de Médico Titular de Almendralejo. El Dispensario Antituberculoso de Almendralejo estuvo funcionando hasta el 27 de febrero de 1967. Hasta ese día fue su Director, prestando sus servicios, sin interrupción durante 15 años, y obteniendo en esa fecha la excedencia forzosa por clausura del Centro.
Pero don Fernando no solo se dedicó a erradicar la tuberculosis de la comarca sino que también se implicó en el ámbito educativo de Almendralejo. Por un Decreto de 30 de junio de 1950 se había creado en Almendralejo un Centro de Enseñanza Media y Profesional, el “Instituto Laboral Santiago Apóstol”. Para el curso 1956-1957, la Dirección General de Enseñanza Laboral ordenó que en el Centro se cursara como idioma moderno el inglés, en lugar del francés, que hasta aquellas fechas se había estudiado. Se convocó el oportuno concurso para seleccionar al profesor correspondiente y el Patronato Provincial de Enseñanza Media y Profesional de Badajoz nombró como Profesor especial de idiomas (inglés) a don Fernando Aixalá Bové para aquel curso; tomó posesión el 12 de febrero de 1957, y la Dirección General de Enseñanza Laboral le fue renovando este encargo, año a año, durante un quinquenio. El Decreto de 5 de mayo de 1954, reglamentaba la selección del profesorado oficial de los Institutos Laborales, indicando que los profesores que aspiraran a la prórroga de su nombramiento por un segundo quinquenio lo tenían que solicitar, al término del primero, de la Comisión Permanente del Patronato Nacional. Además de los informes y dictámenes favorables sobre su labor en esos años ya cumplidos, debía aprobarse por la Dirección General un trabajo monográfico que tenía que presentar el profesor durante el cuarto año del primer quinquenio acompañado de un estudio metodológico de la disciplina que desarrollaba. Una Orden del Ministerio de Educación Nacional de 23 de diciembre de 1963 nos acredita la presentación y aprobación de estos trabajos, expresando que vistas las calificaciones otorgadas a los trabajos monográficos y a la parte práctica y teórica de las respectivas disciplinas, se prorrogan, por otro quinquenio, los nombramientos de una serie de profesores, entre los que figura don Fernando Aixalá Bové, quien ya al cumplimiento del mismo, en el curso 1968-1969 no optó por continuar en la enseñanza del inglés, sino que se le abrieron otros horizontes, más afines a su vocación médica.
Y es que el 27 de diciembre de 1967, a los pocos meses de concluir su labor en el Dispensario Antituberculoso, se había convocado una oposición para cubrir 40 plazas del Cuerpo Nacional de Médicos Forenses, entre las que se encontraba la de Almendralejo. Se presentaron 435 aspirantes y don Fernando obtuvo el número 8 de los aprobados que, después de realizar un curso de capacitación en la Escuela Judicial, fueron nombrados para las plazas que habían solicitado, en este caso, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Almendralejo, donde tomó posesión el 5 de marzo de 1969.
No se desvinculó totalmente de la enseñanza, de tal forma que el 8 de octubre de 1971 recibía del Ministro de Justicia, en contestación a su solicitud de poder ejercer también el cargo de Médico de Instituto de Enseñanza Media de Almendralejo, la respuesta favorable siempre que esta dedicación vocacional se realizara “fuera de las horas de servicio” y “sin derecho al percibo del complemento de dedicación”.
Hasta finales de los años ochenta continuó en el ejercicio de sus destinos de forense y médico titular, a los que habría que añadir la responsabilidad del tiempo que ejerció como Médico de Instituto y Jefe Local de Sanidad, además de establecer con otros compañeros una Clínica Radiológica y Laboratorio de Análisis Clínicos. Tras su jubilación, en 1989, por llegar a la edad reglamentaria, se dedicó exclusivamente a la medicina privada en su casa de la calle Becerro, donde continuó, prácticamente hasta los noventa años de edad, recibiendo a pacientes, estudiando diariamente las nuevas técnicas y dotando a su consulta de nuevos mecanismos de análisis para un mejor tratamiento dentro de su especialidad.
Durante más de sesenta años, entregó su tiempo, sus conocimientos y su profesionalidad a sus pacientes, aportando de esta manera su compromiso con la vida social y cultural de Almendralejo. Don Fernando Aixalá Bové ha sido el gran referente de la medicina almendralejense en el siglo XX. La Ciudad le ha tributado ya en dos ocasiones su agradecimiento y el reconocimiento a su labor: primero, dando su nombre a uno de sus parques el 17 de abril de 2006, honor recibido con toda humildad por el Dr. Aixalá, quien manifestó que el nombre más apropiado habría sido “Parque de los Médicos”, como tributo a todos los que ejercen esa meritoria labor. El segundo homenaje de la Ciudad llegó el 14 de agosto de 2012, en el Atrio de la Virgen de la Piedad, en el acto, ante la Patrona de Almendralejo, en que se distingue la labor de aquellos que dejan una huella profunda entre sus habitantes.
Falleció el 25 de marzo de 2018, a los 93 años de edad. Y, en el Pleno de 25 de junio de 2018, por unanimidad, se le concedió el título de Hijo Adoptivo de Almendralejo, singularmente, como marca el Reglamento de Honores y Distinciones, por sus servicios en beneficio y mejora de Almendralejo, haciéndose eco de la consideración general y el alto prestigio, que por sus cualidades profesionales y humanas, así como por su gran disponibilidad, ha tenido en el desempeño de la medicina durante más de sesenta años, durante toda una larga vida; estimando el Ayuntamiento que es el más adecuado y merecido reconocimiento de esos méritos y cualidades, y como preciado honor, aún más que para quien lo recibe, para la propia Corporación que lo otorga, y para el pueblo de Almendralejo por ella representado.

Rueda de prensa 2017 web cronistaEl 2 de noviembre de 2017 tuvo lugar en la Sala de Prensa del Ayuntamiento de Almendralejo la presentación, en una rueda de prensa, de las IX Jornadas de Historia de Almendralejo y Tierra de Barros que, organizadas por la Asociación Histórica de Almendralejo, tendrán lugar durante los días 17, 18 y 19 del presente mes. Intervino, en primer lugar, el alcalde de Almendralejo, don José García Lobato, que destacó la importancia que supone la continuidad de nueve ediciones de las Jornadas y explicó los motivos por los que este año se trasladan al Centro Cultural San Antonio, que ha sido habilitado para acoger acontecimientos culturales de la Ciudad. Señaló el acierto de los organizadores al acoger en las últimas ediciones la historia y la convivencia con localidades próximas, en este año, con la vecina Ribera del Fresno. La alcaldesa de Ribera del Fresno, doña Piedad Rodríguez Castrejón, tomó la palabra, a continuación, para agradecer a la Asociación Histórica que este año hubiesen elegido su localidad y a uno de sus ilustres antepasados, el poeta Juan Meléndez Valdés, en el bicentenario de su fallecimiento, uniéndose a las múltiples actividades que durante todo el año se han estado celebrando en la patria chica del gran poeta neoclásico. Animó a los participantes en las Jornadas a acudir el domingo 19 a los actos que se tienen programados en Ribera del Fresno como clausura de las mismas. En el acto también estuvieron también presentes los concejales de Cultura de Almendralejo y Ribera del Fresno, doña María Dolores Lázaro Pintor y don Jordi González Santiago, respectivamente. Cerró el acto el presidente de la Asociación Histórica de Almendralejo, don Francisco Zarandieta Arenas, que explicó los objetivos de las Jornadas y el programa detallado de los tres días (véase www.historiadealmendralejo.com), así como el cartel anunciador, elaborado por don Juan Diego Carmona Barrero, en el que sobre el fondo de un fragmento de un mapa de Tomás López que refleja la comarca de Tierra de Barros, se sitúan el perfil del poeta Meléndez Valdés, pintado por Goya, y la firma de este personaje, que centrará las Jornadas, a las que invitó a todos los amantes de la Historia a asistir a ellas. (Fotografía: COPE Almendralejo)

Para Plaza de Toros 2018wLos libros de Memorias o Diarios nos dan siempre una visión muy veraz de lo acontecido, más allá de sus opiniones personales. Estas pueden estar teñidas de un cierto subjetivismo, pero los datos suelen objetivos porque no hay ninguna intencionalidad de ocultar la realidad que se vive y comparte con otros. Para el historiador son una fuente con grandes posibilidades de aprovechamiento, en ambos aspectos. Y, además, una posibilidad de rectificar datos que han llegado hasta nosotros, sin la certeza de una documentación indubitable.
Viene a cuenta lo anterior porque, con un consenso generalizado, el 29 de septiembre de 2018, se cumplirán los 175 años de la inauguración de la Plaza de Toros de Almendralejo, y de la actuación primera en su coso del torero sevillano Juan León “Leoncillo”.
Así lo dice la “Biblia del toreo”, “el Cossío”, que en la página 479 del tomo I, en 1945, cuando habla de las plazas de toros, señala “La actual plaza de toros [Almendralejo] se inauguró en 1843 por el famoso Juan León el 29 de septiembre”. No sabemos de dónde obtuvo don José María esta noticia pero todos le hemos seguido, yo también (“Biografía de la Plaza”, en Colectivo Ideal: La Plaza de Toros de Almendralejo, 1843-1993, pp. 21-29).
Con anterioridad a la fecha de elaboración del Cossío, sabemos que en el semanario taurino “La Fiesta Brava”, de 3 de marzo de 1927, don Juan Anisis publicaba un artículo sobre “Los tauródromos de España. Plaza de Toros de Almendralejo”, en el que explicaba que “se inauguró el día 29 de Septiembre de 1843, estoqueando el espada sevillano Juan León 'Leoncillo' las reses que se soltaron en esta inauguración”. Tampoco cita la fuente, aunque sí pudiera haber sido Anisis la fuente de Cossío. No he encontrado ninguna referencia más antigua que esta de 1927 sobre la inauguración de nuestro Coso de la Piedad.
Hasta que doña Carmen Fernández-Daza Álvarez, en su excelente Pregón de las Fiestas de la Piedad y de la Feria de la Vendimia de 2009, proclamado y publicado, indicaba que “Cuando nuestra hermosísima plaza se inauguraba el 26 de septiembre de 1843, con una vecindad embullada por las anunciadas lidias en el elegante coso, la corrida de estreno defraudó las expectativas del público, Tan cultivado en el arte (ya por aquel entonces) de Cúchares, menos mal que mejoró el nivel en la segunda, la celebrada el día 27”.
No citaba la fuente, que ahora por su generosidad, que agradecemos, desvelamos. Su antepasado, don Francisco Fernández de Córdova Melgarejo, V Marqués de la Encomienda, redactó un extenso diario que tituló “Cuaderno de caza y otras fruslerías”, y en el tomo XIII, que comenzaba el 1 de enero de 1843, ocupando parte de los folios 19vto y 20r, recuerda la inauguración de la Plaza. Copio textualmente lo que escribió para los días 25 al 28 de septiembre de 1843:
"Día 25: Buen día. La gente está embullada con los toros
Día 26: Amaneció nublado; primera corrida de toros en una plaza, que se ha hecho junto a la Piedad; no ha sido buena; hubo bastante concurrencia. Por la tarde llovió. Llegó mi hijo Luis de Cáceres.
Día 27: Segunda y muy buena corrida de toros; poca concurrencia. Nubes, tormentas lejanas.
Día 28: Última corrida de toros: regular y regular entrada. Amaneció nublado, por la tarde se despejó. Me cortó Luis el pelo. Baile en casa de Fernando Montero y ayer también. Cuni tiene calentura y apretada la garganta".
Un breve comentario, por mi parte. Sobre las personas citadas: Luis es su segundo hijo, don Luis Fernández de Córdova y Mendoza; Cuni es su hija pequeña, la novena, doña Cunegundis Fernández de Córdova y Mendoza; Fernando Montero es el V Marqués de la Colonia, don Fernando Montero de Espinosa y Cabeza de Vaca.
El tiempo: propio del otoño, inestable, días buenos y otros con lluvia, tormentas lejanas, cielo despejado tras los nublados.
Las fiestas y las preocupaciones domésticas: no solo los toros, sino también los bailes. La preocupación por los viajes, siempre peligrosos; y por la enfermedad de la pequeña, que tiene calentura.
Los toros: La excitación popular ante la inauguración de la nueva Plaza que se ha hecho junto a la Piedad, la primera corrida el martes día 26, que no fue buena aunque contó con bastante público; la segunda, el miércoles 27, tuvo menos concurrencia pero fue muy buena corrida; y la tercera y última, el jueves 28, regular en todo, en entrada y en calidad.
Es una pena que no reflejara a los actuantes en el coso. Despejada la fecha, 26 de septiembre de 1843, no tenemos “todavía” la confirmación de quiénes fueron los diestros. No desesperemos, la verdad no puede quedar oculta indefinidamente.